La democracia así sustancialmente entendida respeta profundamente a cada persona y reconoce en el Estado una instancia superior, nunca sustitutiva sino regulativa (defensiva y promocional) de su vida relacional, de su pluralismo fisiológico, de su dialéctica histórica. Para desembarazar el campo de diversos equívocos, vale la pena subrayar que según la tradición católica, que en el último siglo ha recibido formulación orgánica en la doctrina social de la Iglesia, el Estado es en cierto modo secundario respecto a la sociedad. Está a su servicio, pero no debe nunca reemplazarla.

Es necesario alimentar formas de producción económicas que, a través de la utilidad, vayan más allá de la misma. La gratuidad no puede ser producida por el mercado y mucho menos por el Estado, sino más bien por ambos, como hemos observado varias veces. Ambas son necesarias.

¿Por qué hablar de desintegración cuando Europa está viviendo desde hace más de cincuenta años la euforia de su unión y está recorriendo tantas etapas en ese camino? En realidad, son dos las sendas que Europa tiene abiertas ante sí: las institucionales, que marcan los pasos de la unión política, jurídica y económica; por otra parte, las que señalan el cambio de signo de la conciencia europea.

Los recientes hechos trágicos han mostrado a los católicos indios que no pueden eximirse de participar activamente en la vida política de su país; pero únicamente la intervención de la comunidad internacional puede animar a las autoridades centrales a bloquear con firmeza las persecuciones anticristianas y evitarlas en el futuro. Está en riesgo también el buen nombre de la India, la democracia más grande del mundo.

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En el marco del encuentro “Democracia y paz: retos, iniciativas y propuestas desde Perú, Chile y Colombia”, el catedrático italiano reflexiona sobre algunos de los desafíos que existen hoy para la democracia y la paz, abordando el fenómeno de la rehabilitación de la guerra como herramienta de resolución de conflictos, el desmoronamiento de los vínculos colectivos y las nuevas imbricaciones entre populismo y fundamentalismo religioso.
Ni la toma de la ciudad de Mosul el 10 de junio de 2014, ni la posterior proclamación del califato pocos días después, el 29 del mismo mes, hicieron prever lo que todavía restaba por ocurrir el 6 de agosto. El horror de lo vivido marcó la historia de una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, que poco a poco regresa a Qaraqosh.
Hace quince años, el Papa Benedicto XVI publicó una de las encíclicas sociales más importantes de la historia de la Doctrina Social de la Iglesia. Para quienes dirigen empresas, la trascendencia de Caritas in veritate ha sido enorme. Así lo constata el presidente de USEC, Unión Social de Empresarios Cristianos, Chile, quien expone en este ensayo las ideas económicas y empresariales ahí presentes.
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