Queridos hermanos:

El rito de la confirmación tiene varios gestos litúrgicos que expresan la profundidad de este sacramento de la iniciación cristiana. Antes de recibir la unción que confirma y refuerza la gracia del bautismo, los candidatos son llamados a renovar las promesas bautismales y hacer profesión de fe. Después de un silencio orante, el Obispo extiende las manos sobre los confirmados e invoca la efusión del Espíritu sobre ellos. El Espíritu enriquece con sus dones a los miembros de la Iglesia, construyendo así la unidad en la diversidad.

Según la tradición apostólica, el Espíritu se comunica a través de la imposición de las manos. A este gesto, se une la unción del aceite perfumado o crisma, que indica cómo el Espíritu entra hasta lo más profundo de nosotros, embelleciéndonos con tantos carismas. De este modo, el sacramento se confiere con la unción del santo crisma en la frente y pronunciando estas palabras: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo». Es una señal visible del don invisible. Un carácter indeleble que nos configura más plenamente con Jesús y nos da la gracia para difundir por el mundo el buen olor de Cristo.


Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. Los animo a acoger y custodiar con gratitud y docilidad este hermoso regalo que nos da Dios, que es su Espíritu, de modo que el fuego de su amor plasme en nosotros la imagen de Jesús para poder ser discípulos misioneros en el mundo de hoy. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias.


Fuente: El Vaticano

Últimas Publicaciones

Especial para reflexionar y escuchar el mensaje de Jesús en esta Semana Santa, el Coro Misión País de la Pastoral UC lanzó su nuevo álbum “Effetá, felices los que oyen”.
Conversatorio organizado por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana, la Facultad de Teología UC y la Revista Humanitas, destacó la vida y legado de seis santas europeas y latinoamericanas, en una reflexión sobre el papel de la mujer en la Iglesia y la sociedad.
La profética encíclica “Evangelium vitae” fue escrita por el Papa Juan Pablo II en 1995 para reafirmar el valor y la inviolabilidad de cada vida humana y para instar a todas las personas a respetar, proteger, amar cada vida humana y servirla. Este 25 de marzo se cumple el XXX aniversario de este documento y el Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida publicó un subsidio sobre cómo iniciar procesos eclesiales para promover una pastoral de la vida humana con el fin de defenderla, protegerla y promoverla en los diversos contextos geográficos y culturales, en este tiempo de gravísimas violaciones de la dignidad del ser humano.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero