Entre los días 2 y 6 de diciembre tuvo lugar el 35º Viaje Apostólico Internacional del Papa Francisco que lo ha llevado a Chipre y Grecia. Bajo el lema "Consuélanos en la fe", el Santo Padre ha realizado un peregrinaje a las "fuentes de la humanidad y fraternidad".

Este viaje sigue los pasos del Papa emérito en Chipre en 2010 y del Papa san Juan Pablo II en Grecia en 2001. En 2001, el Papa Juan Pablo II se convirtió en el primer líder católico en visitar Grecia en más de 1.200 años.

El ecumenismo, presente en muchas familias mixtas, católicas y ortodoxas, que constituyen verdaderos ejemplos de fraternidad, y la migración, donde existe una masiva afluencia de migrantes a sus costas, lo que ha agravado la crisis económica vivida por ambos países, fueron dos temas que marcaron su viaje, así como un aliento en la fe a las pequeñas comunidades católicas.

Los católicos en Grecia son una pequeña minoría, que representan solo el 3% de la población del país de 11 millones de habitantes, de los cuales alrededor del 97% adhieren oficialmente a la Iglesia Ortodoxa. Las iglesias minoritarias en Grecia no disfrutan de exenciones y deben pagar impuestos sobre todas las donaciones y colectas dominicales que obtienen, así como los salarios del clero. A menudo ha sido difícil para la Iglesia Católica recibir fondos públicos y muchos proyectos caritativos católicos se vieron obligados a cerrar después de un aumento de impuestos del 48% en 2013, y aunque la situación ha mejorado un poco, los problemas subyacentes están lejos de resolverse. Ha habido tensión entre católicos y ortodoxos desde el Gran Cisma de 1054, y aunque las relaciones entre católicos y ortodoxos en Grecia son en general buenas, muchos ortodoxos todavía culpan al Vaticano por los ataques percibidos contra su comunidad, desde el saqueo de Constantinopla en 1204 hasta la bombardeo de Serbia en 1999. Bajo Stalin, en la década de 1900, los católicos se incorporaron como parte de la Iglesia Ortodoxa, y una vez que cayó el comunismo, la Iglesia Católica recuperó algunas propiedades y retomó sus propias ceremonias.

Viaje Grecia y Chipre3

Por su parte, Chipre es una nación dividida desde 1974, entre un norte que forma parte de Turquía y un sur que forma parte de Grecia, siendo el caso más agudo y violento de las relaciones entre Grecia y Turquía. Hoy es la mayoría griega la que se opone a una reunificación negociada.

El viaje

La primera actividad del Papa en Chipre fue el día jueves, en un encuentro con sacerdotes, religiosos y religiosas, diáconos, catequistas, asociaciones y movimientos eclesiales de Chipre en la Catedral maronita de Nuestra Señora de las Gracias, Nicosia. En su discurso, Francisco exhortó a todos a ser siempre una Iglesia paciente, "que discierne, acompaña e integra"; y una Iglesia fraterna, "que hace espacio al otro, que discute pero permanece unida"; siguiendo los pasos de San Bernabé, patrono de esta tierra.

El segundo discurso de su Viaje Apostólico lo pronunció en el Palacio Presidencial de Chipre, en donde tuvo lugar la ceremonia de bienvenida, con la visita de cortesía al Presidente de la República. A las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático manifestó su alegría y gratitud por el recibimiento dado en nombre de toda la población.

El día viernes el Santo Padre inició su jornada visitando a su Beatitud Crisóstomo II, líder de la Iglesia ortodoxa del país, y que es la comunidad cristiana mayoritaria de la isla. Y para profundizar en este gesto ecuménico que busca un acercamiento entre ambas Iglesias, Francisco se dirigió a la Catedral de san Juan, donde fue acogido fraternalmente por el Santo Sínodo. Este es el grupo de líderes ortodoxos de Chipre que juntos constituyen la máxima autoridad religiosa.  El Papa les pidió que, como testigos de Cristo, puedan trabajar unidos en la caridad, en la educación y en la promoción de la dignidad humana.

Después, hacia las 10 de la mañana Francisco llegó hasta el estadio Panchipriota. Allí lo aguardaban más de 10 mil personas, junto a quienes celebró la Eucaristía, y a quienes exhortó a ser cristianos luminosos, que toquen con ternura las cegueras de los hermanos, que enciendan luces de esperanza en la oscuridad.

Por la tarde el Papa tuvo su esperado encuentro con los migrantes… fue en la iglesia de la Santa Cruz donde el Santo Padre escuchó los testimonios de cuatro personas que han llegado a este país buscando refugio, y ante ellos pronunció un nuevo contundente discurso pidiendo condiciones dignas para quienes se han visto forzados a dejar sus tierras. Después todos juntos elevaron una oración ecuménica y rezaron el Padre Nuestro.

Tras despedirse del pueblo de Chipre, donde habló fuertemente sobre los derechos de los migrantes, sobre la dignidad que se les debe respetar como hijos De Dios, y sobre la responsabilidad de todos, especialmente de la comunidad internacional, de dar una solución definitiva a esta tragedia humanitaria, el Santo padre abordó el vuelo que en dos horas lo condujo hasta la capital griega.

Francisco habló a las autoridades de la nación y al Cuerpo Diplomático. Y eligió Grecia, precisamente la cuna de la democracia, para advertir acerca del retroceso de los valores democráticos que se está experimentando en Europa.

Luego, el Papa Francisco se reunió con la comunidad católica en la catedral de San Dionisio, en Atenas. En su discurso, recordó que ante magnificencia de los grandes números y el esplendor mundano, los católicos están llamados "a ser como la levadura que fermenta en lo escondido, paciente y silenciosamente", dentro de la masa del mundo. "El ser Iglesia pequeña nos hace signo elocuente del Evangelio", añadió.

Más tarde el Papa se reunió con Su Beatitud Jerónimo II y su respectivo séquito, donde habló de las raíces y la historia compartida entre católicos y ortodoxos, las cuales “son subterráneas, están escondidas, a menudo descuidadas, pero existen y lo sostienen todo”. Estas son las raíces apostólicas. Entre las comunidades católicas y ortodoxas existe un pasado accidentado, por lo que instó a trabajar por la unidad.

El día domingo el Papa visitó la isla Lesbos, donde conoció las luchas de muchos inmigrantes que han tenido que enfrentar en sus viajes a Europa y en su vida diaria. El Papa instó al mundo a dejar de mirar hacia otro lado, insistiendo en que para resolver la crisis migratoria, lo que se necesita son políticas de amplio alcance. Eso es precisamente lo que los migrantes que viven en la pequeña isla griega esperan que cambie como resultado de la presencia y la defensa del Papa. A ellos les dijo “estoy aquí para ver sus rostros, para mirarlos a los ojos: ojos cargados de miedo y de esperanza, ojos que han visto la violencia y la pobreza, ojos surcados por demasiadas lágrimas”. 

Luego regresó a Atenas, donde celebró una misa para la comunidad católica griega, diciéndoles a los fieles que no se rindan cuando la vida parezca desesperada, sino que confíen en la fuerza de Dios.

El día lunes, antes de la ceremonia de despedida y de emprender su regreso a la Ciudad de Vaticano, el Papa se encontró con los jóvenes de la pastoral juvenil y con los estudiantes de la escuela San Dionisio de las Hermanas Ursulinas de Marusi, en Atenas, muchos de ellos procedentes de lugares lejanos. A ellos les motivó a salir de las redes sociales e invertir en relaciones reales y que eviten los "cantos de sirena" de las modas pasajeras, y que encuentren su valor en el amor de Dios. A su vez los animó a que piensen que, “si a nuestros ojos la creación es hermosa, a los ojos de Dios cada uno de ustedes es infinitamente hermoso”. Asimismo, les pidió que se dejen “amar por quien siempre cree” en ellos, por quien los “ama más” de cuanto ellos mismo puedan llegar a amarse.

Fuentes principales:

Vatican News

Crux Now


 Principales intervenciones

Viaje Chiprey grecia 2

Jueves, 2 de diciembre de 2021

Viernes, 3 de diciembre de 2021

Sábado, 4 de diciembre de 2021

Domingo, 5 de diciembre de 2021

Lunes, 6 de diciembre de 2021

 

 

 

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