En un comunicado, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile valora que se esté dando un cierto tono de moderación en las propuestas electorales y anima a ejercer el derecho a votar y decidir en conciencia buscando el bien común.
Declaración del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile
La elección presidencial de este Domingo se da en un contexto de polarización, que se ha reflejado en un clima de campaña agresivo y descalificador, que fomenta la desafección de la política y ha impedido muchas veces abordar con hondura los temas de fondo que importan a los chilenos. Un cierto tono de moderación en las propuestas y el reconocimiento de errores por parte de los candidatos, es un aspecto positivo que hemos visto en las últimas semanas.
Sabiendo que la participación cívica es uno de los pilares de toda sociedad democrática, pedimos a los católicos y a todos los ciudadanos, que ejerzan en estas elecciones su derecho a voto. Votar en conciencia, considerando principios cristianos fundamentales para el ordenamiento social y político, es un deber que cada uno de nosotros está llamado a asumir, aun cuando las opciones en juego muestren insuficiencias respecto de esos mismos principios. Que en nuestra decisión busquemos el mayor bien común, que es el bien de todos los hombres y de todo el hombre.
El próximo Domingo tendremos un nuevo presidente de la República y desde ya oramos por él y su gobierno. Le pedimos que gobierne para todos los chilenos, buscando caminos de diálogo, acuerdo, justicia y fraternidad. A ambos candidatos les pedimos que honren los valores democráticos, acepten el dictamen de la ciudadanía y colaboren, desde su lugar, a construir una comunidad política cuya alma sea la caridad social (cf. Fratelli Tutti N° 188).
Es bueno tener presente, como nos recuerda el Papa Francisco, que Chile no se construye solo con la acción de sus políticos: “Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos” (Fratelli Tutti N° 77).
En la cercanía de Navidad, invitamos a orar por la unidad de nuestro país, contemplando al Dios con nosotros que asume nuestra condición humana para que vivamos como hermanos. Que el canto que resuena en estos días: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres amados por Él”, nos anime en el desafío de ser artífices de la paz.
Fuente: Comunicaciones CECh