En este año de excepciones las tradicionales celebraciones del 8 de diciembre también se vieron afectadas: con anticipación se anunció la suspensión de la tradicional peregrinación a Lo Vásquez y las distintas diócesis propusieron alternativas de celebraciones virtuales o con aforos limitados. Sin embargo, la restauración del Santuario de la Virgen del Cerro San Cristóbal, llevada a cabo durante noviembre, ha tenido gran significación.
No solo se pudo reparar el forado de la cornisa si no que el equipo de restauradores logró recuperar la aureola original de doce estrellas, que ubicaron en la parte superior de la Virgen, agregando altura a la magnífica imagen que ya medía más de 22 metros.
“Este proyecto tiene tiene una connotación espiritual bien importante. Estamos preparando el próximo 8 de diciembre, y la restauración de la Virgen representa también una restauración del alma de Chile, a las confianzas, una restauración al diálogo y sin duda la restauración personal, humana y comunitaria”, expresó el padre Carlos Godoy, Rector del Santuario.
La bendición e inauguración de las obras se realizó este martes en una ceremonia a cargo del Nuncio Apsotólico, padre Alberto Ortega, durante la Eucaristía principal de las 12:30. Mons. Ortega recordó a los fieles que al igual que la imagen de la Virgen en la cúspide del cerro, también debemos ser restaurados, acercándonos a Dios, ya que "Él nos limpia, nos embellece, nos transforma y nos fundamenta”.
En su mensaje, llamó a los fieles a “seguir a Jesús y a vivir nuestra vida cristiana dejándose transformar. “El camino a la conversión al que todos estamos llamados es decir no al mal y sí a Dios (...) Mirando a María vemos una vida que se realiza, una vida hermosa, grande, útil para el mundo y así está llamada a ser también nuestra vida, así está llamada a ser la vida de la Iglesia”.
Al finalizar su prédica, hizo referencia al anuncio del Santo Padre convocando a un año dedicado a San José: "quien como custodio de la vida de Jesús y de María, también custodia la vida de la Iglesia". El Papa quiere que lo tengamos presente "para aprender de él la fe, y aprender de él su manera de vivir cumpliendo siempre la voluntad de Dios".