18 de enero de 2017

encabezado audiencias le

Queridos hermanos y hermanas, buenos días.

En la Sagrada Escritura, entre los profetas de Israel, despunta una figura un poco anómala, un profeta que intenta evadirse de la llamada del Señor rechazando ponerse al servicio del plan divino de salvación. Se trata del profeta Jonás, de quién se narra la historia en un pequeño libro de sólo cuatro capítulos, una especie de parábola portadora de una gran enseñanza, la de la misericordia de Dios que perdona.

Jonás es un profeta “en salida” y ¡también un profeta en fuga!, es un profeta en salida que Dios envía “a la periferia”, a Nínive, para convertir a los habitantes de esa gran ciudad. Pero Nínive, para un israelita como Jonás, representa una realidad amenazante, el enemigo que ponía en peligro la misma Jerusalén, y por tanto para destruir, ciertamente no para salvar. Por eso, cuando Dios manda a Jonás a predicar en esa ciudad, el profeta, que conoce la bondad del Señor y su deseo de perdonar, trata de escapar de su tarea y huye.

Durante su huida, el profeta entra en contacto con unos paganos, los marineros de la nave en la que se había embarcado para alejarse de Dios y de su misión. Y huye lejos, porque Nínive estaba en la zona de Irak y él huye a España, huye de verdad. Y es precisamente el comportamiento de estos hombres paganos, como después será el de los habitantes de Nínive, que hoy nos permite reflexionar un poco sobre la esperanza que, ante el peligro y la muerte, se expresa en oración.

De hecho, durante la travesía en el mar, se desencadena una gran tormenta, y Jonás baja a la bodega del barco y se duerme. Los marineros sin embargo, viéndose perdidos, «se pusieron a invocar cada uno a su dios»: eran paganos (Jonás 1, 5).

El capitán del barco despierta a Jonás diciéndole: «Qué haces aquí dormido? ¡Levántate e invoca a tu dios! Quizás Dios se preocupe de nosotros y no perezcamos» (Jonás 1, 6).

Las reacciones de estos “paganos” es la justa reacción ante la muerte, ante el peligro; porque es entonces que el hombre hace experiencia completa de la propia fragilidad y de la propia necesidad de salvación. El horror instintivo de morir desvela la necesidad de esperar en el Dios de la vida. «Quizás Dios se preocupe de nosotros y no perezcamos»: son las palabras de la esperanza que se convierten en oración, esa súplica llena de angustia que sale de los labios del hombre ante un inminente peligro de muerte.

Demasiado fácilmente desdeñamos dirigirnos a Dios ante la necesidad como si fuera sólo una oración interesada, y por eso imperfecta. Pero Dios conoce nuestra debilidad, sabe que nos acordamos de Él para pedir ayuda, y con la sonrisa indulgente de un padre responde benévolamente.

Cuando Jonás, reconociendo las propias responsabilidades, se hace echar al mar para salvar a sus compañeros de viaje, la tempestad se calma. La muerte inminente ha llevado a esos hombres paganos a la oración, ha hecho que el profeta, a pesar de todo, viviera la propia vocación al servicio de los otros aceptando sacrificarse por ellos, y ahora conduce a los supervivientes al reconocimiento del verdadero Señor y a su alabanza. Los marineros, que habían rezado con miedo dirigiéndose a sus dioses, ahora, con sincero temor del Señor, reconocen al verdadero Dios y ofrecen sacrificios y hacen promesas. La esperanza, que les había llevado a rezar para no morir, se revela aún más poderosa y obra una realidad que va incluso más allá de lo que ellos esperaban: no solo no perecen durante la tempestad, sino que se abren al reconocimiento del verdadero y único Señor del cielo y de la tierra.

Sucesivamente, también los habitantes de Nínive, ante la perspectiva de ser destruidos, rezarán, impulsados por la esperanza en el perdón de Dios. Harán penitencia, invocarán al Señor y se convertirán a Él, empezando por el rey, que, como el capitán de la nave, da voz a la esperanza diciendo: «¡Quizás vuelva Dios y se arrepienta, [...] y no perezcamos» (Jonás 3, 9). También para ellos, como para la tripulación durante la tormenta, haber afrontado la muerte y haber resultado salvados les ha llevado a la verdad. Así, bajo la misericordia divina, y aún más a la luz del misterio pascual, la muerte puede convertirse, como ha sido para San Francisco de Asís, en “nuestra hermana muerte” y representar, para cada hombre y para cada uno de nosotros, la sorprendente ocasión de conocer la esperanza y de encontrar al Señor. Que el Señor nos haga entender esta unión entre oración y esperanza. La oración te lleva adelante en la esperanza y cuando las cosas se vuelven oscuras, ¡se necesita más oración! Y habrá más esperanza. Gracias.


Saludos:

Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. En la oración, nuestra esperanza no se ve defraudada. En esta Semana de oración que hoy iniciamos pidamos insistentemente al Padre por la unidad de todos los cristianos. Que Dios los bendiga.

 


◆ Ir a la siguiente audiencia

◆ Ir a otras audiencias

Últimas Publicaciones

En el marco del encuentro “Democracia y paz: retos, iniciativas y propuestas desde Perú, Chile y Colombia”, el catedrático italiano reflexiona sobre algunos de los desafíos que existen hoy para la democracia y la paz, abordando el fenómeno de la rehabilitación de la guerra como herramienta de resolución de conflictos, el desmoronamiento de los vínculos colectivos y las nuevas imbricaciones entre populismo y fundamentalismo religioso.
Ni la toma de la ciudad de Mosul el 10 de junio de 2014, ni la posterior proclamación del califato pocos días después, el 29 del mismo mes, hicieron prever lo que todavía restaba por ocurrir el 6 de agosto. El horror de lo vivido marcó la historia de una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo, que poco a poco regresa a Qaraqosh.
Hace quince años, el Papa Benedicto XVI publicó una de las encíclicas sociales más importantes de la historia de la Doctrina Social de la Iglesia. Para quienes dirigen empresas, la trascendencia de Caritas in veritate ha sido enorme. Así lo constata el presidente de USEC, Unión Social de Empresarios Cristianos, Chile, quien expone en este ensayo las ideas económicas y empresariales ahí presentes.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero