La Conversión de Saulo de Tarso camino de Damasco, llamado por la voz del Señor, es un cambio de página en la historia de la Salvación, marca la apertura a los paganos, a los gentiles, a los que no eran israelitas, en una palabra es la puerta abierta a la universalidad de la Iglesia y promesa del Señor en cuanto es una cosa importante. La figura del Apóstol de las Gentes que, ciego, se quedó en Damasco tres días sin comer ni beber, hasta que Ananías mandado por el Señor, no fue a devolverle la vista dándole la posibilidad de iniciar el camino de conversión y predicación, lleno del Espíritu Santo. Destacaría dos rasgos de su modo de ser. Pocos pero importantes rasgos para definir a Pablo: era un hombre fuerte y enamorado de la ley, de Dios, de la pureza de la ley, pero era honesto y, aunque con carácter, era coherente. Era coherente porque era un hombre abierto a Dios. Si perseguía cristianos era porque estaba convencido de que Dios quería eso. ¿Pero, cómo es posible? De eso nada: estaba convencido de eso. Es el celo que tenía por la pureza de la casa de Dios, por la gloria de Dios. Un corazón abierto a la voz del Señor. Y se arriesgaba, ya lo creo, pero seguía adelante. Y otro rasgo de su temperamento es que era un hombre dócil, tenía docilidad, no era un testarudo. 

Quizá su temperamento era terco, pero no su alma. Pablo estaba abierto a las sugerencias de Dios. Con ardor encarcelaba y mataba cristianos, pero una vez que siente la voz del Señor se vuelve como un niño, se deja llevar. Todas aquellas convicciones que tenía se callan, esperando la voz del Señor: “¿Qué debo hacer, Señor?”. Y va a su encuentro en Damasco, al encuentro de aquel otro hombre dócil, y se deja catequizar como un niño, se deja bautizar como un niño. Y luego retoma fuerzas, ¿y qué hace? Está callado. Se va a Arabia a rezar, cuánto tiempo no sabemos, quizá años, no sabemos. La docilidad. Apertura a la voz de Dios y docilidad. Es un ejemplo de nuestra vida y a mí me gusta hoy hablar de esto ante estas monjas que celebran sus 50 años de vida religiosa. Gracias por escuchar la voz de Dios y gracias por la docilidad.

La docilidad de estas mujeres del Cotolengo me recuerda mi primera visita, en los años 70, a una de las estructuras que, en el espíritu de San Giuseppe Benedetto Cottolengo, acogen en todo el mundo discapacitados psíquicos y físicos. Iba de habitación en habitación llevado por una monja, como las que hoy estáis aquí, y pasan la vida allí, entre los descartados. Sin su perseverancia y docilidad, no podrían hacer lo que hacen. Perseverar. Y eso es una señal de la Iglesia. Yo quería agradecer hoy, en vosotras, a tantos hombres y mujeres, valientes, que arriesgan la vida, que van adelante, y que buscan nuevas sendas en la vida de la Iglesia. ¡Buscan nuevas vías! “Pero, padre, ¿no es pecado?”. ¡No, no es pecado! Busquemos nuevas vías, esto nos vendrá bien a todos. Con tal de que sean los caminos del Señor. Pero adelante, adelante en la profundidad de la oración, en la profundidad de la docilidad, del corazón abierto a la voz de Dios. Y así se hacen los verdaderos cambios en la Iglesia, con personas que saben luchar en lo pequeño y en lo grande. El cristiano debe tener ese carisma de lo pequeño y de lo grande. Pedimos a San Pablo la gracia de la docilidad a la voz del Señor y del corazón abierto al Señor; la gracia de no asustarnos de hacer cosas grandes, de ir adelante, con tal de que tengamos la delicadeza de cuidar las cosas pequeñas.


Fuente: Almudi.org

Últimas Publicaciones

En “Crónicas. Desde un Chile en cambio” Nello Gargiulo, colaborador de nuestra revista, ofrece un compilado de reflexiones a partir del estallido social, en su mayoría publicadas originalmente en el Diario Financiero. “La sociedad chilena –sostiene Gargiulo– ha vivido cambios muy profundos en este periodo. El estallido social, es un momento que provoca grandes hechos de violencia, destrucción y vandalismo, y al mismo tiempo invita a la gran mayoría del pueblo chileno a reflexionar sobre su propia historia y los grandes motivos de desencuentros entre sectores de la ciudadanía”.
Desde el inicio del conflicto, hace cuatro años, los obispos de este país de Asia pidieron a los ciudadanos que mantuviesen la calma a pesar de “los inesperados y estremecedores acontecimientos” y que no recurriesen a la violencia: “ya hemos derramado suficiente sangre». Insisten en que, también, hay formas no violentas de protesta. Desde la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre nos llega un panorama de la situación actual de Myanmar.
Durante el primer mes del año 5.000 jóvenes, en su mayoría chilenos, vivieron una de las semanas más intensas del 2025. Entre el martes 21 y el domingo 26 de enero se celebró en la región de Coquimbo la primera Jornada Nacional de la Juventud, JNJ, en respuesta a la petición del Santo Padre de generar espacios intermedios, a nivel nacional o diocesano, que ayuden a preparar el corazón para las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero