06 de junio de 2017

201705 encabezado homilias sta marta

 

¡Hipócritas! Es la palabra que Jesús usa tantas veces para calificar a los doctores de la ley. Son hipócritas porque dicen una cosa, pero piensan otra, como la misma etimología de la parola indica*. Esos doctores de la ley hablan, juzgan, pero piensan otra cosa. Eso es hipocresía. Y la hipocresía no es el lenguaje de Jesús. La hipocresía no es el lenguaje de los cristianos. Un cristiano no puede ser hipócrita y un hipócrita no es cristiano. ¡Esto es así de claro! Ese es el adjetivo que Jesús más emplea con esa gente: ¡hipócrita!

Veamos cómo proceden, en tres aspectos. Primero, el hipócrita siempre es un adulador, en mayor o menor grado, pero un adulador. Estos, de hecho, intentan adular a Jesús. Los hipócritas siempre comienzan con la adulación. La adulación es también no decir una verdad, es exagerar, es hacer crecer la vanidad. Hace tiempo conocí a un cura que “se bebía” todas las adulaciones que le hacían; era su debilidad.

Segundo, la adulación empieza con mala intención. Es el caso de los doctores de la ley, de los que se lee en el Evangelio de hoy (cfr. Mc 12,13-17) que ponen a prueba a Jesús, comenzando con la adulación y haciendo luego una pregunta para hacerle caer: ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos? El hipócrita tiene esa doble cara. Pero Jesús, conociendo su hipocresía, dice claramente: ¿Por qué intentáis cogerme? Traedme un denario, que lo vea. Siempre Jesús, a los hipócritas y a los ideólogos, responde con la realidad. La realidad es así; todo lo demás es hipocresía o ideología. Pero esta es la realidad: traedme un denario. Y les muestra la realidad, responde con la sabiduría del Señor: Dad al César lo que es del César —la realidad era que el denario tenía la imagen del César—, y a Dios lo que es de Dios.

El tercer aspecto es que el lenguaje de la hipocresía es el engaño, el mismo lenguaje de la serpiente a Eva: ¡lo mismo! Comienza con la adulación para luego destruir a las personas, hasta desgarrar la personalidad y el alma de la persona. Y mata a las comunidades. Cuando hay hipócritas en una comunidad existe un peligro grande ahí, hay un peligro muy feo. El Señor Jesús nos dijo: Sea vuestro hablar: sí, sí, no, no. Lo demás procede del maligno (Mt 5,37). ¡Cuánto daño hace a la Iglesia la hipocresía! Atentos a los cristianos que caen en esa actitud pecaminosa, que mata. El hipócrita es capaz de matar a una comunidad. Está hablando dulcemente, pero está juzgando brutalmente a una persona. ¡El hipócrita es un asesino!

Recordemos esto: comienza con la adulación, pero solo se responde con la realidad. No me vengan con esas historias, la realidad es esta, como con la ideología, esta es la realidad. Y al final es el mismo lenguaje del diablo que siembra una lengua bífida en las comunidades para destruirlas. Pidamos al Señor que nos proteja para no caer en el vicio de la hipocresía, de disimular la actitud, pero con malas intenciones. Que el Señor nos dé esta gracia: Señor, que yo jamás sea hipócrita, que sepa decir la verdad y si no puedo decirla, estar callado, pero nunca jamás una hipocresía.

*Del griego hypo que significa máscara y crytes que significa respuesta: respuesta enmascarada (ndt).


Fuente: almudi.org

 

 

Últimas Publicaciones

Con el tema “Dignidad humana siempre y en todo” se realizará el VII Congreso Social en la Casa Central de la UC. Se trata de una instancia abierta a todo aquel que quiera conversar sobre la relevancia de la dignidad humana en nuestro tiempo.
“Me complace recibirlos en esta casa de Pedro y de toda la Iglesia, en la feliz celebración de sus 25 años de servicio a unas personas cuyo sufrimiento es indescriptible”, dijo el Papa Francisco al saludar este 30 de octubre a los representantes del Proyecto Esperanza. Iniciativa que nació en 1999 en Chile –y que ya se extiende por 17 países– con el ánimo de acompañar a las mujeres y hombres que, por una u otra circunstancia, interrumpieron voluntariamente un embarazo y tiempo después, no hallaron el camino para sobrellevar el dolor, la culpa, el vacío.
Este sábado la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad ha llegado a su fin y el camino sinodal, que comenzó el año 2021 y que ha tenido diversas etapas, se da por completado. Aún queda por delante la implementación de las medidas acordadas y contenidas en el Documento Final, para llegar a hacer de la sinodalidad “una dimensión constitutiva de la Iglesia”.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero