Entre el 9 y 12 de junio se llevó a cabo en formato online el foro organizado por el Dicasterio para los laicos, la familia y la vida bajo el título “¿En qué punto estamos con "Amoris Laetitia"? Estrategias para la aplicación pastoral de la Exhortación apostólica”, donde responsables de la pastoral familiar de más de 60 Conferencias Episcopales de todo el mundo y de 30 asociaciones y movimientos eclesiales internacionales, se reunieron para analizar, revisitar y proyectar los alcances de este documento acerca del amor en la familia.
Fueron cuatro días de interesantes ponencias, testimonio e intercambio, tras los cuales surgieron muchísimas, propuestas, preguntas e impulsos. El cardenal Farrell, al cierre del encuentro, presentó las conclusiones del Foro. En ellas, el Prefecto quiso señalar algunos puntos que resumen lo que se recogió en el intenso trabajo realizado.
Partió por constatar que las familias, hoy, necesitan descubrir que, junto con el sacramento del matrimonio, han recibido una misión que debe ser compartida con los pastores.
Otro punto es que la principal contribución a la pastoral familiar la ofrece la parroquia, que es la familia de las familias, donde conviven en armonía pequeñas comunidades, movimientos eclesiales y asociaciones.
Un tercer aspecto apunta a que es necesaria una formación más adecuada para los sacerdotes, diáconos, religiosos, catequistas y otros agentes de pastoral, insistiendo en la presencia de los laicos en los cursos de formación; y que la formación de las personas que acompañarán a las parejas en la preparación al matrimonio debe ser una prioridad: los cónyuges que, una vez formados, pueden proveer a la formación de otras familias, y crear una cadena de formadores para iniciar procesos de formación que se extiendan a más familias en crecimiento.
Otro tema central es que la pastoral familiar debe ser fundamentalmente misionera para llegar a las personas allí donde están, y que hay que prestar especial atención a las familias en crisis matrimonial o con otras dificultades: la pastoral de los separados, divorciados o abandonados, con énfasis en trabajo con niños, discapacitados y ancianos. Y que también hay que llegar a las familias alejadas de la Iglesia.
Por último, el cardenal Farrell recogió la petición de los participantes de seguir trabajando juntos a través de una red de relaciones entre la Santa Sede y las Conferencias Episcopales, Movimientos y Asociaciones en un espíritu de auténtica comunión y estima mutua.
Como se desprende también de una ronda final de preguntas y respuestas, una red de trabajo común permitirá compartir ideas, proyectos y ser más eficaces juntos a nivel práctico para llegar al corazón de la pastoral, es decir, a las familias de todo el mundo.
Para acceder al resumen de lo planteado cada día, se pueden seguir los siguientes enlaces:
▶ “Los laicos cada vez más necesarios para acompañar a las familias”