Además de la pobreza, el hambre y el Covid-19, la población sufre cada vez más atentados terroristas brutales. Los llamados al alto el fuego realizados por los obispos católicos de Nigeria, el Papa Francisco y el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, no han sido escuchados. 

Imagen de portada: Gran cruz donde los fieles se reúnen a orar. ©Archivo ACN

Humanitas 2022, CI, págs. 617 - 624

Aun cuando estés interesado en saber de Nigeria, es difícil encontrar antecedentes en la prensa que den cuenta de lo que está ocurriendo allí. Y ese silencio cómplice tiene a los nigerianos viviendo al límite, entre la vida y la muerte. Una situación que afecta a todos sus habitantes por igual, pero sin duda que el mayor peligro recae sobre los cristianos.

Y esto es lo más sorprendente. Nigeria, con una población de 217.000.239 personas, es el país más poblado de África. Casi la mitad de sus habitantes son cristianos. Es el país africano con mayor número de cristianos y donde les resulta más peligroso profesar su fe.

Tanto es así que la Asociación de Sacerdotes Católicos Diocesanos de Nigeria denunció en un comunicado enviado a la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) que “es realmente triste que, en el curso de sus actividades pastorales habituales, los sacerdotes se hayan convertido en una especie en peligro de extinción”. Según datos recopilados por ACN, al menos 18 sacerdotes han sido secuestrados en Nigeria desde principios de 2022, cinco solo en la primera semana de julio. Aunque a la mayoría se los liberó ilesos, tres de ellos fueron asesinados.

A pesar del peligro en el que viven, los sacerdotes rechazan explícitamente cualquier respuesta que implique la fuerza o la violencia de su parte. “No somos terroristas ni una tropa de guerra”, escriben y llaman a lo que dicen debería ser la primera arma de un hombre de Dios: “Nuestro camino ministerial consiste en la proclamación de la Palabra de Dios y la celebración de la Eucaristía como memorial de Cristo y su misión en la tierra. Esto implica que llevamos con nosotros los libros sagrados y no las armas. Cristo nunca nos animó a levantar las armas contra nadie ni emprender ninguna acción de venganza. No tomamos las armas, y no lo haremos”.

A pesar del peligro en el que viven, los sacerdotes rechazan explícitamente cualquier respuesta que implique la fuerza o la violencia de su parte. “No somos terroristas ni una tropa de guerra”.

El comunicado resalta la labor fundamental que tienen los sacerdotes, a pesar de la falta de seguridad que sufren para realizar su ministerio: “Nuestro deber es poner ante el altar de Dios la gratitud, los cuidados, las preocupaciones y las peticiones de los fieles y las nuestras. Somos defensores de la vida y la paz. Fuimos llamados y enviados a predicar las buenas nuevas a los pobres, dar libertad a los cautivos, liberar a los oprimidos, sanar a los quebrantados de corazón, vendar heridas, etc. Hemos estado cumpliendo con este llamado y continuaremos”.

6.2. Nigeria De rodillas y orando con el obispo Oliver Dashe Doeme frente a la cruz

Fieles de rodillas orando junto al obispo Oliver Dashe Doeme frente a la cruz. ©Archivo ACN

Muerte en los caminos 

La situación es cada vez más ingobernable. Las denuncias y llamados no han surtido efecto, dado que solo en 2021 fueron asesinados 4.650 cristianos, más que todos los civiles muertos hasta la fecha en la guerra de Ucrania.

Desde la tragedia de Pentecostés de este año, donde 60 personas fueron asesinadas durante la celebración de la Misa, los actos terroristas no han parado. El 26 de junio fue encontrado el cuerpo del padre Christopher Odia Ogedegbe, secuestrado en la mañana del mismo día cuando se dirigía a la iglesia para celebrar la misa, en el Estado de Edo. En las mismas horas, otro sacerdote, el padre Vitus Borogo, fue asesinado por terroristas en Prison Farm.

El 3 de julio, el padre Peter Udo (de la Iglesia de San Patricio) y el padre Philemon Oboh (del Centro de Retiros San José) fueron secuestrados por hombres armados cuando regresaban a su diócesis, también en el estado de Edo. Mientras, el padre Emmanuel Silas había desaparecido días antes, secuestrado en su casa parroquial, y luego, afortunadamente liberado.

Secuestros, tiroteos y asesinatos selectivos son el panorama cotidiano de una zona donde nadie está a salvo. Como hemos señalado, los cristianos son las principales víctimas, pero los musulmanes, en especial la mayoría musulmana del norte, que quiere vivir en armonía con los cristianos, también es maltratada.

6.4. Nigeria Protesta en Abuja Nigeria para pedir mas seguridad 01.03.2020

Protestas en Abuja para pedir más seguridad, marzo 2020. ©Archivo ACN

Distintas facciones del islamismo radical luchan por la primacía en la región 

El Informe de Libertad Religiosa presentado por ACN en abril de 2021 mostró que un 79% de los muertos en Nigeria fueron víctimas de ataques terroristas de los tres grupos yihadistas más activos: Boko Haram y Estado Islámico del África Occidental (ambos en el norte de Nigeria), y los militantes musulmanes de los Fulani, en la zona central del país. La estrategia yihadista es simple: eliminar o forzar a la emigración a los cristianos en los territorios que quieren convertir en “califato”.

Según el padre Atta Barkindo, director del Centro Católico Kukah, dedicado a fomentar el diálogo interreligioso, después de veinte años de sharía, la situación en el norte de Nigeria, donde se aplica, ha empeorado. La etnia y la religión se han convertido en un medio eficaz para conseguir poder, recursos y privilegios.

Según el padre Atta Barkindo, director del Centro Católico Kukah, dedicado a fomentar el diálogo interreligioso, después de veinte años de sharía, la situación en el norte de Nigeria, donde se aplica, ha empeorado. La etnia y la religión se han convertido en un medio eficaz para conseguir poder, recursos y privilegios. El padre Barkindo afirma: “Lo que ha hecho la ley de la sharía es dividirnos aún más en este país. Vayan a las comunidades; todos se han replegado al seno de sus religiones”. Según el padre Barkindo, “es urgente que los nigerianos debatan cómo debería ser su país en realidad como Estado laico, cómo se puede definir a sí mismo como nación y cómo pueden convivir cristianos y musulmanes”.

​​Definitivamente, y este año ha sido una cruel muestra de ello, Nigeria ha seguido siendo uno de los países del mundo donde cristianos y musulmanes sufren más persecución por parte de terroristas islamistas. Según Naciones Unidas, se calcula que 36.000 personas han muerto y ha habido dos millones de desplazados en solo dos décadas de violencia de Boko Haram. El Comité Internacional de Cruz Roja informó que, hasta la fecha, la mitad de las aproximadamente 40.000 denuncias por desaparición de personas en África proceden de la región nordeste de Nigeria, escenario de los atentados y secuestros de Boko Haram.

La violencia de Boko Haram, que pretende derrocar al Gobierno y establecer un Estado islámico, se ha visto eclipsada por el terror que han traído los fulani, grupo seminómada, principalmente de musulmanes, que pastorea sus rebaños por amplias regiones de los estados centrales y que entra en conflicto por las tierras de los agricultores de esa zona, que en su mayoría son cristianos. El Índice de Terrorismo Global 2019 indicaba que en 2018 “los extremistas fulani habían causado la mayor parte de las muertes por atentado en Nigeria (1.158 víctimas)”.

Sea cual sea el grupo que lidera esta lucha, es urgente dar paz a los nigerianos. Solo así podrán desarrollarse y dejar atrás la pobreza que los abruma. Mientras, ACN y otros organismos internacionales hacen todo lo posible por evitar más muertes y por dar voz a las víctimas de la violencia que no son escuchadas. Conoce el trabajo de ACN en la zona en www.acn-chile.org.

6.5. Iglesia de St. Francis en la ciudad de Owo fue atacada 5 de junio

La iglesia de St. Francis en la ciudad de Owo, fue atacada el 5 de junio mientras se celebraba la misa de Pentecostés. Murieron más de cuarenta personas.

 

OBISPO DE MAIDUGURI: “NUNCA HEMOS VIVIDO LO QUE ESTAMOS VIVIENDO AHORA”

6.3. Nigeria obispo saluda gente

Mons. Dashe Doeme saluda a fieles reunidos. @Archivo ACN

La diócesis del obispo Oliver Doeme, Maiduguri, ha sufrido lo peor del terrorismo de Boko Haram. Sin embargo, el obispo dice que ahora esta región se puede considerar pacífica en comparación con el resto del país.

El mismo año que el obispo Oliver Doeme se hizo cargo de la diócesis de Maiduguri, en el noreste de Nigeria, una pequeña secta musulmana se transformó en lo que sería un grupo terrorista salvaje, asolando comunidades pacíficas y secuestrando a cientos de niñas adolescentes. Durante años, el obispo vio cómo Boko Haram pasaba por encima de agentes de seguridad y obligaba a la diócesis a cerrar 25 parroquias.

Sin embargo, la situación comenzó a cambiar. Desde el 2020, apenas ha habido ataques de Boko Haram y miles de terroristas se han rendido y entregado sus armas.

Solo tres de las 25 parroquias permanecen cerradas y muchos de los desplazados han regresado a sus casas. La situación ha vuelto casi a la normalidad. Ahora, es el resto del país lo que le preocupa a monseñor Doeme:

En gran medida, podemos decir que la parte noreste es más pacífica que otras partes del país, porque Nigeria está ahora en crisis y estamos experimentando muchas fuerzas malignas. Tenemos a los pastores fulani atacando comunidades cristianas, a bandidos atacando comunidades y llevándose a la gente. La Iglesia no se salva. En distintas partes del norte, se ha asesinado a sacerdotes. Así, la crisis puede estar disminuyendo en el noreste, pero no en otras partes del norte y del sur.

Mientras la vida en Maiduguri vuelve a la normalidad, la diócesis está atendiendo el trauma y las heridas que los terroristas han dejado en la población. La educación es la principal arma en esta nueva lucha. “Esta es una prioridad para nuestra diócesis –agrega el obispo–, especialmente para los refugiados que han regresado. Nos hemos encargado de que los niños reciban educación, desde la escuela primaria y, si es posible, hasta la universidad. Esta es la clave para vencer a Boko Haram. Cuando las personas están capacitadas para mantenerse a sí mismos, no salen por ahí a matar gente”.

Los sacerdotes juegan un papel muy importante en la ayuda a las poblaciones locales. Por eso, la diócesis también se preocupa por el bienestar psicológico de su clero. “Uno de los programas que han comenzado es la consejería postraumática para los sacerdotes. Nuestros sacerdotes fueron invitados a este tipo de consejería y regresaron muy contentos y agradecidos. Nuestras religiosas también asistieron y regresaron fortalecidas”, explica monseñor Doeme.

Una de las áreas más importantes en las que la diócesis se involucra profundamente es en promover el perdón, especialmente ahora que muchos miembros de Boko Haram están siendo reintegrados en la sociedad:

El 13 de mayo, durante la fiesta de nuestra señora de Fátima, volvimos a consagrar nuestra diócesis al Inmaculado Corazón de María. La gente se siente fortalecida espiritualmente y motivada, eso la prepara para perdonar, pues este es un componente muy importante en el cuidado de las personas. La gente guarda rencor contra los miembros de Boko Haram que mataron a sus seres queridos, pero ahora tienen la capacidad de perdonar. Viendo a Jesús colgado en la cruz, quien perdonó a sus verdugos, también adquieren ellos el coraje de perdonar.

ACN ha sido un socio clave para ayudar a financiar muchos de los proyectos que la diócesis está llevando a cabo para restablecer la dignidad de su gente y fortalecer la paz en la región. Muchas de las familias requieren apoyo para reconstruir sus vidas, ya que el gobierno federal, según el obispo, no ha cumplido con sus obligaciones en este campo. Estos proyectos incluyen ayuda material y psicológica para los que han regresado, becas para niños, ayudas económicas para viudas y huérfanos, también para sacerdotes y religiosas. “Estamos muy agradecidos con ACN por esta ayuda”, dice Mons. Doeme.

MAPA DE NIGERIA 

Nigeria, con una superficie de 923.770 km2, es uno de los países más poblados del mundo, con 217.000.239 habitantes, pero su economía está en la parte más baja de todas las listas de economías del mundo.

Y no porque el país carezca de riquezas; por el contrario, tiene muchísimas. Sin embargo, la corrupción ha dejado a casi la totalidad de la población malviviendo, sin acceso a la educación, salud, medicinas, ni agua potable.

 

6.6. Mapa de Nigeria

Mapa político de Nigeria.

Notas

* Periodista, Pontificia Universidad Católica de Chile. Trabaja como periodista de la Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre, ACN Chile, y es vocera de Voces Católicas.

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