Rodrigo Mardones (Editor)

Educación ciudadana y enseñanza católica: La fraternidad como desiderátum

Ediciones UC Santiago de Chile, 2022

381 págs.

En la última década se ha hecho recurrente el llamado de atención sobre la palabra “Ciudadanía”. Los distintos acontecimientos políticos, sociales y culturales del mundo han puesto como foco de atención la convivencia y las responsabilidades que nos debemos unos a otros en cuanto personas que compartimos una casa común, una sociedad que se construye o se destruye gracias a quienes vivimos en ella. ¿Qué lugar ocupa la educación en este importante camino de hacernos buenos ciudadanos? ¿Puede la palabra fraternidad ser una llave que abra puertas entre cristianos y no cristianos, miembros de la sociedad civil?

El libro que nos ofrece Rodrigo Mardones, junto a un destacado grupo de académicos, recoge diversas investigaciones sobre el tema de la educación ciudadana en establecimientos católicos, procurando entender en qué consiste el aporte y los desafíos específicos que las escuelas y universidades católicas tienen respecto de la formación ciudadana, en una relación dialéctica con las escuelas y universidades laicas. La finalidad es potenciar el aporte de ambas partes, en el contexto de una sociedad plural y democrática, que requiere nutrirse de una amplia diversidad de visiones y significados para avanzar hacia una cultura de ciudadanía activa y responsable. Los destinatarios principales somos los docentes y directivos de escuelas católicas, que nos enfrentamos al desafío de enseñar ciudadanía, siendo al mismo tiempo fieles a la Doctrina de la Iglesia y al propio carisma o espiritualidad específica.

Lo más interesante de esta publicación es la propuesta de “La fraternidad como desiderátum”; un anhelo siempre en construcción, que abre infinitas posibilidades de diálogo en materia de ciudadanía, como si se tratara de una llave maestra. El principio de la fraternidad, entendido en el pensamiento católico como un valor que hace posible la convivencia democrática y la educación en general, se ha visto enriquecido por el Magisterio Pontificio, especialmente del Papa Francisco, a través de las encíclicas Laudato si’ (2015) y Fratelli tutti (2020), además del Pacto Educativo Global (2019), que han puesto de relieve la fraternidad y la cultura del encuentro; sin embargo, no se trata solo de un principio que encuentra sentido en el mundo religioso, también ha constituido una inspiración para otros estilos de vida en la construcción de las relaciones sociales, como es el caso de la república francesa; o el pensamiento liberal igualitario y el socialista.

Como destaca Ignacio Sánchez (rector UC) en el prólogo, el principio de fraternidad ha sido tematizado e investigado en el volumen, a través de diversas ideas y conceptos, tales como: amistad cívica, concordia, solidaridad, convivialidad, confianza, prosocialidad, cohesión social y ética del cuidado. Esto hace posible que el principio de la fraternidad pueda constituirse en un valor de ética mínima capaz de congregar a creyentes y no creyentes, para ser integrado a la educación moral y a la convivencia democrática de la sociedad.

El libro se estructura en tres partes y está conformado por 10 capítulos inéditos, agrupados en dos perspectivas: filosóficas y empíricas. La primera parte, titulada Educación Ciudadana, Ética y Magisterio (capítulos del 1 al 4), está constituida por cuatro contribuciones filosóficas, que corresponden a categorías de ensayo, con un alcance geográfico amplio; la segunda, Educación Ciudadana en Escuelas Católicas (capítulos del 5 al 8), y la tercera, Educación Ciudadana en Universidades Católicas (capítulos 9 y 10), corresponden a contribuciones empíricas referidas al sistema escolar y a la educación universitaria, mayoritariamente con evidencia chilena. Las metodologías de reflexión y análisis filosófico o teológico utilizaron un riguroso análisis bibliográfico sobre fuentes primarias y secundarias, así como el uso de técnicas y datos tanto cualitativos como cuantitativos.

Para quienes somos educadores católicos, este libro nos interpela acerca de cómo formar a los niños, niñas y jóvenes de hoy, contribuyendo a que puedan ser –como diría san Juan Bosco– buenos cristianos y honestos ciudadanos de la casa común. La educación católica, diligente y responsable como siempre ha procurado serlo, necesita dar respuestas efectivas a las necesidades actuales, porque de ello dependerá la significatividad de su propuesta educativa.

Asimismo, la evidente necesidad de formarnos juntos –educadores y estudiantes– frente a la grave carestía de paz, justicia, solidaridad y democracia, nos llama a no dejar de preocuparnos como docentes por nuestra propia formación. Necesitamos reflexionar y empoderarnos de esta gran responsabilidad. Las escuelas católicas no solo tenemos una misión evangelizadora; somos también cooperadoras en la sociedad civil en la tarea de ofrecer una educación integral. Los temas que esta publicación nos propone son de gran relevancia y de magnífica calidad, para apoyar este proceso formativo.

Importantes andamiajes de este diálogo lo constituyen conceptos como ethos fraterno o cultura política fraterna; ciudadanía ecológica; el ethos comunitario de la escuela católica; la interreligiosidad; la relación entre identidad religiosa y confianza institucional.

En estos tiempos en que la formación ciudadana y la búsqueda del bien común nos urge, encontramos en la fraternidad un camino maravilloso, antiguo pero siempre nuevo, para hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad.

Patricia Parraguez Núñez

boton volver al indice

Últimas Publicaciones

Académicos, estudiantes y agentes pastorales reflexionaron el pasado martes, 19 de noviembre, sobre la Dignidad Humana en el VII Congreso Social de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Con el tema “Dignidad humana siempre y en todo” se realizará el VII Congreso Social en la Casa Central de la UC. Se trata de una instancia abierta a todo aquel que quiera conversar sobre la relevancia de la dignidad humana en nuestro tiempo.
“Me complace recibirlos en esta casa de Pedro y de toda la Iglesia, en la feliz celebración de sus 25 años de servicio a unas personas cuyo sufrimiento es indescriptible”, dijo el Papa Francisco al saludar este 30 de octubre a los representantes del Proyecto Esperanza. Iniciativa que nació en 1999 en Chile –y que ya se extiende por 17 países– con el ánimo de acompañar a las mujeres y hombres que, por una u otra circunstancia, interrumpieron voluntariamente un embarazo y tiempo después, no hallaron el camino para sobrellevar el dolor, la culpa, el vacío.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero