Jacques Philippe
Llamados a la vida
Ediciones Rialp, Madrid, 2008 (trad)
156 págs.
“Sin embargo yo creo que la vida es una aventura maravillosa. A pesar de la carga de decepciones y sufrimientos que presenta algunas veces, podemos encontrar en ella el modo de crecer en humanidad, en libertad, en paz interior y de desarrollar toda la capacidad de amor y de alegría que están depositados en nosotros”.
El autor quiere explicar, desde el punto de vista cristiano, aunque también se puede entender desde otros horizontes, que la vida del hombre no se puede reducir a proyectos perfectamente elaborados por él.
En el fondo, estas llamadas son de Dios. Se escuchan en el Antiguo Testamento y principalmente en el Nuevo, cuando Jesús habla con sus apóstoles y discípulos, o con cualquier persona que se cruce en su camino.
La primera llamada de Dios es a la vida. Antes que cualquier don, está esa invitación a vivir. Dios ama a todas sus criaturas, especialmente al hombre hecho a su imagen y semejanza.
A partir del capítulo III, el autor aborda de forma sistemática los lugares donde el cristiano encuentra estas llamadas de Dios.
En primer lugar, la Sagrada Escritura, que es la misma palabra de Dios. Aunque a veces se nos antoje áspera y oscura, perseverar en ella es fundamental. Dios habita en su palabra, nos habla a cada uno. A veces un pequeño texto se convierte en un camino nuevo.
Nuestra lectura no debe ser demasiado individualista, los personales descubrimientos hay que cotejarlos con la enseñanza de la Iglesia.
En segundo lugar, las llamadas surgen también de los acontecimientos de la vida. Cuando son felices son llamadas a la gratitud y a la entrega. Si son dolorosos, nos llaman a crecer. Todas, si se entienden bien, son una llamada a la confianza y al amor.
Por último, hay actitudes que nos hacen receptivos a las llamadas: presencia de Dios, humildad, facilidad para cambiar lo que nos habíamos propuesto, no sentirse víctimas que reclaman por todo, alabar a Dios como la Virgen, “mi espíritu se llena de gozo en Dios mi Salvador”.
Jacques Philippe es un clásico de la espiritualidad de los siglos XX y XXI. Escribe muy bien y es muy prolífico. Otras obras suyas son Tiempo para Dios, La libertad interior, La paz interior, En la escuela del Espíritu Santo.
Miembro de la Comunidad de las Beatitudes, ha asumido importantes responsabilidades en ella. Ordenado sacerdote en 1985, predica retiros en Francia y en el extranjero.
Elena Vial