Durante diez días y a lo largo de todo Chile, los voluntarios de las misiones y trabajos UC se dedicaron a construir espacios de encuentro y compartir junto a diferentes personas, familias y comunidades, en torno al mensaje de Cristo.

 “Para nosotros esto de verdad es un sueño. Me siento feliz, me siento contenta, porque es un regalo maravilloso. Y ver a estos jóvenes con tanta energía me da más alegría aún, porque siento que los jóvenes sí están. Aquí está realmente actuando el Espíritu Santo, como dice el nombre de nuestra capilla. Y realmente me siento muy contenta, muy agradecida”. Con esas palabras, Mercedes Malleo Huinca, de la comunidad de Dollinco, Región de La Araucanía, comparte su emoción tras ver la capilla que los voluntarios de Trabajo País construyeron en diez días.

Y es que, entre el 12 y 21 de julio, fueron 1.500 voluntarios de Trabajo País, Misión de Vida, Siembra UC y Coro Misión País, proyectos de la Pastoral UC, que recorrieron el país, desde la región de Coquimbo hasta la de Los Lagos, compartiendo con cada persona, familias y comunidades, y construyendo o reparando junto a ellos espacios de encuentro, además de misionar, entregando su testimonio de Cristo.

“Venimos a hacer comunidad, generando un encuentro real entre los voluntarios y la gente que vive en el campamento. Crear un espacio para Dios, para que entre todos lo podamos conocer y tener momentos de reflexión, y así acercarnos de una manera mucho más bonita y cercana a la fe”, sostiene Sofía Prieto, estudiante de College para Derecho, quien en esta oportunidad fue jefa de zona en Los Peñoncitos (Puente Alto).

Por su parte, Cristóbal Sánchez, jefe de zona en Allipén, en Freire, recalcó que “los voluntarios somos jóvenes de distintas carreras, ninguno es constructor (...), pero tenemos un único fin, que es poder entregarle a la comunidad un espacio de encuentro y un lugar donde exista la esperanza”.

“Este invierno nos ha tocado quizás más duro que otros (…) eso le da un toque distinto, esperanzador y con mucha más caridad, a esta entrega que hacen los jóvenes y que muestra una Iglesia viva (…) que no se queda dormida ante las necesidades materiales y espirituales de nuestro país”, Ángela Parra.

Una llamada misionera

“Aunque tú no creas en Dios, Dios sí cree en ti”, fue el mensaje que marcó el envío de los misioneros, a través de una eucaristía celebrada en la Iglesia del Sagrado Corazón del campus San Joaquín, y presidida por el Pbro. Osvaldo Fernández de Castro, Vice Gran Canciller UC, quien motivó a los estudiantes a ser felices, fieles y fecundos, siendo puentes en un país que tanto lo necesita.

“Los quiero invitar a que sean días en que aparezcan en nuestra vida las grandes preguntas, porque de eso se trata. No simplemente pasamos por la vida y por el mundo. Es decir, pasamos por el mundo con la intención de transformarlo. Esto tiene que ver con que hay un mundo que necesita de Dios y el Señor cuenta con nosotros para que lo llevemos a Él al mundo”, puntualizó.

Asimismo, agregó que “lo que experimentarán estos diez días geniales, de misiones y de trabajos, tiene que ver con eso, con descubrir que hay una forma distinta de vivir la vida, una forma que no tiene que ver con las comodidades, sino con la caridad, con compartir con el otro”.

En ese sentido, el Capellán Mayor de la universidad, Pbro. Jorge Merino, agradeció a cada uno de los voluntarios por su compromiso con la UC, Chile y la Iglesia. “Quisiera agradecerles por el testimonio que nos están dando y por ayudarnos a mantener la esperanza de lo bonito y grande que es salir de uno mismo para entregarse a los demás. Esta es una invitación a tener el corazón muy abierto y dispuesto para encontrarse con otras personas, para poder compartir con ellas el don de la fe y para poder aprender de otros lo que Dios ha hecho en su historia de vida”, dijo el sacerdote.

Para Ángela Parra, directora de la Pastoral UC, estas misiones y trabajos son una señal de esperanza muy profunda para la sociedad y la Iglesia Católica; de mostrar una Iglesia joven, alegre y en salida. “Este invierno nos ha tocado quizás más duro que otros. Hemos tenido hartas inundaciones y un frío más glacial; de alguna manera, eso le da un toque distinto, esperanzador y con mucha más caridad, a esta entrega que hacen los jóvenes y que muestra la esperanza de una Iglesia viva, una Iglesia que va en salida y una Iglesia que no se queda dormida ante las necesidades materiales y espirituales de nuestro país”.

Precisamente, en esta ocasión, se pudo llegar a 51 zonas y localidades del país, donde los jóvenes compartieron y se involucraron con cientos de personas y familias, conociendo y haciéndose parte de sus realidades.

“Estamos llamados a cambiar nuestras vidas, el país, el mundo... uno podría pensar ¿cómo? Recordemos que Cristo escogió a doce para que transmitieran su palabra. Ustedes, al igual que los apóstoles, han sido llamados”, recalcó el rector de la UC, Ignacio Sánchez.

Voluntarios sin fronteras

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“Aunque tú no creas en Dios, Dios sí cree en ti”, fue el mensaje que marcó el envío de los misioneros, a través de una eucaristía celebrada en la Iglesia del Sagrado Corazón del campus San Joaquín el 12 de julio. ©César Dellepiane

Para esta versión de los trabajos y misiones de invierno, organizados por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la UC, se recibió a una delegación de siete estudiantes de España, pertenecientes al movimiento de Schoenstatt, quienes viajaron hasta Chile para participar en Trabajo País. Ellos estarán en El Espinal (sector Río Hurtado), Isla de Briones (San Fernando) y Tanilvoro Norte (Chillán). “Son jóvenes que vienen por sus propios medios, muy interesados y que tienen una vocación hacia la misión y los trabajos”, sostuvo Ángela Parra, directora de la Pastoral UC.

María Esteban, 20 años, estudiante de la Universidad Complutense de España, cuenta que “estamos un grupo de españoles en la Casa de María, que es una misión que tienen las hermanas de María de Schoenstatt en El Peñón, en Puente Alto, ¡estamos muy felices! Ahora hemos venido a descubrir qué es Trabajo País, con muchas ganas, ilusión y felicidad”.

La Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad Católica Boliviana San Pablo y la Pontificia Universidad Católica del Perú están suscritas en el Convenio de Cooperación Interinstitucional en el que se establece la voluntad de desarrollar e impulsar un Programa de Investigación Académica Conjunto, denominado “Artesanos de la Unidad”. El objetivo es avanzar colectivamente en materia de cooperación científica, cultural, económica y social.

En este sentido, y motivados por un intercambio misionero, la UC también envió a estudiantes a vivir una misión organizada por la Pontificia Universidad Católica del Perú, y que reúne a tres países hermanos; es decir, a Perú, Bolivia y Chile.

En concreto, fueron cuatro voluntarios chilenos los que llegaron a Lima para sumarse a los cinco misioneros de Bolivia y los 20 de Perú. “Estamos muy contentos por nuestros voluntarios y la gran experiencia que han podido vivir estos días en Manchay. Sin duda, conocer otras realidades los ayudará y nos ayudará para poder fomentar y construir estos anhelados espacios de diálogo y encuentro, de tolerancia y respeto”, enfatizó la directora de la Pastoral UC.

Portadores de esperanza

Un equipo voluntario de estudiantes de la UC coordina cada proyecto —Misión de Vida, Trabajo País, Siembra UC y Coro Misión País— que, durante todo un año, lideran las iniciativas, ultimando los detalles para que se efectúen correctamente. Además, entregan los lineamientos respecto al espíritu que moviliza a cada grupo de voluntarios.

El coordinador de Misiones y Trabajos de la Pastoral UC, Matías Kast, puntualiza que “para nosotros es importante que todos puedan aprovechar de corazón esta experiencia, que sean testimonio vivo y que puedan abrir el corazón a lo que Dios les quiere decir, no sólo en los diez días de misión, sino que siempre, en todos los ámbitos de sus vidas”.

Con 232 voluntarios universitarios, Misión de Vida se desplegó por distintos campamentos de la región de Valparaíso y la Metropolitana. Bajo el lema “Valientes con Cristo, entregar la vida en la misión”, invitaron a vivir una experiencia personal y comunitaria de encuentro con Cristo, así como también dar orientación espiritual y colaboración para enfrentar las necesidades más urgentes.

Trabajo País fue el encargado de construir espacios de encuentro con las comunidades, bajo el lema “Al servicio de Chile, seamos herramientas de esperanza”. Con más de 800 voluntarios, estuvieron en 25 zonas, desde Tierra Blanca (Coquimbo) hasta Cochamó (Los Lagos).

En esta oportunidad, el proyecto construyó 13 capillas y 12 salones parroquiales, además de compartir con las personas y familias de las zonas visitadas. “Hace muy poco éramos sólo nosotros ocho y ahora somos 1.500. No tenemos nada más que agradecerles por sus ganas de aportar a Chile y a la Iglesia, y creer que a través de nuestros proyectos pueden ser ese agente de cambio y esperanza. Al final del día, para nosotros la construcción es sólo un medio para generar encuentro”, puntualizó Kaori Matsumoto, coordinadora general de Trabajo País.

“Este es un proyecto de amor, es un proyecto para construir una capilla, ese lugar de encuentro, ese lugar donde nosotros vamos, como comunidades cristianas de Allipén, a realizar los sacramentos y, principalmente, la Santa Eucaristía, centro de nuestra fe; la eucaristía nos mueve y nos hace comunidad”, relata el Pbro. Reginaldo Dos-Santos, párroco de San Sebastián de Freire, de quien depende la capilla de Allipén.

El Coro Misión País se sumó a las visitas a las diferentes localidades, de manera itinerante, encargados de ser un instrumento para que Cristo llegue a los corazones de todas las personas, a través de la música y el canto, bajo la consigna “Hazte canto Cristo, y enciende los corazones”.

Su coordinadora general, Teresa Rojas, invitó a “darle sentido profundo a estos diez días. Busquemos a Dios en todo lo que hagamos, ya sea en el trabajo ofrecido o en la sonrisa de un misionado. Rezar con la música, que es una forma tan linda de la que Dios se sirve para hablarnos”.

Escolares en acción

Este año, el Ministerio de Educación adelantó las vacaciones escolares, razón por la cual Siembra UC tuvo que hacer algunas modificaciones para salir a misionar durante dos fines de semana largos: entre el 12 y 16 julio, y el 14 y 18 agosto.

Estudiantes secundarios de 66 colegios del país se unieron a las actividades a través de Siembra UC, iniciativa que nació en 2003 con la intención de unir a los estudiantes de III y IV medio con los universitarios, para trabajar juntos por Chile y la Iglesia. “Enciéndenos con tu Espíritu, seamos el ahora de Dios”, es el lema que los motivó este invierno.

“Es hoy cuando tenemos la oportunidad de entregarnos a quienes realmente lo necesitan; es hoy cuando tenemos que salir a buscar a Cristo en cada persona, familia y comunidad; es hoy cuando debemos ser jóvenes valientes y auténticos. Seamos reflejos de Cristo y respondamos a su llamado, no esperemos a después, ahora es cuando”, expresaron Josefa Tagle y Max Dussaillant, coordinadores generales de esta iniciativa.

Agustín Peters, alumno de IV medio del colegio Nuestra Señora del Camino, es parte del proyecto Siembra UC. Este invierno estuvo junto a 32 voluntarios más en Lo Vásquez (Región de Valparaíso). “Mi formación es ignaciana y tenía cercanía con voluntariados, pero no eran exactamente misiones lo que hacíamos. Los trabajos del colegio tienen un enfoque más social (...), ha sido un trabajo más físico, pero lo que me gusta de las misiones es que tienen un entorno mucho más espiritual. Ambas cosas son muy buenas, pero al juntarlas es mucho mayor el aporte y el enriquecimiento que uno tiene”, comparte.

Interpelados por la realidad, los proyectos y cada uno de sus voluntarios representan una respuesta a Cristo para ser instrumentos al servicio de las necesidades más urgentes del país, tratando de ser luz de esperanza para muchas personas que se sienten solas y también un regalo para la Iglesia chilena y su misión.

 

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