Según datos entregados por el Informe de Libertad Religiosa 2023, la libertad religiosa ha sido vulnerada en países donde viven más de 4.900 millones de personas. La investigación arrojó que en 61 países los ciudadanos se han enfrentado a graves violaciones a este importante derecho humano.

Foto de portada: Pakistán obispos bendicen lugares detruidos 16 de agosto.

Este año, el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o las Creencias nos encuentra en medio de los esfuerzos por escribir una nueva Constitución que nos represente a todos y donde se contemple la libertad de religión o de creencias.

Por ello, distintos grupos de personas presentaron iniciativas de norma que llaman la atención sobre la importancia de que este derecho humano quede consignado en el nuevo documento que se votará en diciembre de este año.

Hemos visto, desgraciadamente, que ningún país o sociedad está libre de caer en este flagelo. Y por eso hay que cuidar que este derecho humano fundamental sea respetado. De hecho, la quema de iglesias y capillas en distintas regiones del país, especialmente en la zona sur, es un claro ejemplo. Son pocas las voces que lo denuncian, aunque hemos de reconocerlo, cada vez son más.

La fecha del 22 de agosto fue instituida en 2019, porque la situación de la libertad religiosa en el mundo es cada vez más precaria y se continúan perpetrando actos de intolerancia y violencia basados en la religión o las creencias. El Informe de Libertad Religiosa presentado en junio de este año, da cuenta de ello. Con cada informe (llevamos 18) vemos que aumenta la cantidad y la intensidad de estos incidentes, adquiriendo a menudo un carácter criminal y unas pautas repetidas a nivel internacional.

El mundo es escenario de muchos conflictos en los que la libertad de religión y creencia es protagonista, ejemplo de ellos son los hechos que remecen Pakistán desde el pasado 16 de agosto.  

Días de furia en Pakistán

Las noticias llegan de a poco, pero en todas se ve la desesperación y la impotencia. Un cristiano fue acusado de profanar el Corán y de proferir insultos contra Mahoma y esto desató la furia de los islamistas y llevó a muchos a atacar 21 iglesias y centenares de casas de cristianos.

«Las palabras me fallan mientras escribo esto. Nosotros, obispos, sacerdotes y laicos, estamos profundamente dolidos y angustiados por el incidente de Jaranwala en el distrito de Faisalabad en Pakistán». Son las palabras de Azad Marshall, obispo de la diócesis de Raiwind, donde «una iglesia se está quemando mientras escribo este mensaje». El templo fue incendiado por una turba de extremistas musulmanes en represalia por una supuesta blasfemia y «se han profanado biblias y se ha torturado y hostigado a cristianos», confirma Mons. Marshall.

El obispo, junto al presidente de la Conferencia Episcopal pakistaní, Mons. Joseph Arshad, fueron en persona a visitar la zona afectada. Dentro de las iglesias encontraron imágenes de la Virgen profanadas.

Ante este nuevo episodio de persecución religiosa, la Iglesia de Pakistán «clama justicia» y ha instado a las «fuerzas del orden» y a quienes deben velar por la justicia y la seguridad de todos los ciudadanos a que «intervengan de inmediato». Asimismo, han reclamado que se reconozca que «nuestras vidas son valiosas en nuestra propia patria», que precisamente acaba de celebrar la independencia y la libertad, puntualiza el obispo de Raiwind.

Pakistan monsenor Arbahs con fieles

Pakistán monseñor Arbahs con fieles.

Pero el de Jaranwala no se trata de un hecho aislado. La ley antiblasfemia es utilizada a discreción contra los cristianos en todo el país. En Sargodha, una ciudad del Punjab paquistaní, se produjeron recientemente tres casos diferentes de acusación de blasfemia en menos de un mes, lo que desató varios episodios de violencia. Pero esta la fuerza se ha desatado con más intensidad.

Los cristianos de la ciudad punjabí de Jaranwala, cerca de Faisalabad, huyeron en masa cuando los fanáticos empezaron a lanzar piedras y rocas y a incendiar edificios.

El padre Abid Tanveer, vicario general de la diócesis de Faisalabad, informó el miércoles 16 de agosto a ACN, que la situación sigue siendo insegura.

“Lo que ha ocurrido ha sido aterrador, y los cristianos están muy asustados. Por favor, recen por nuestra gente, recen para que sus vidas no corran peligro. Muchas personas han perdido sus pertenencias, todo. No saben qué hacer ni adónde ir”.

Un sacerdote indicó que, de momento, hasta 2.000 personas han huido de sus hogares.

También ha señalado que el padre Khalid, párroco de San Pablo en Jaranwala, tuvo que encerrarse en la casa parroquial, rodeada de extremistas que gritaban y le exigían que saliera. Finalmente se marcharon, lo que le permitió salir pero, poco después, los atacantes regresaron y quemaron los certificados de bautismo, matrimonio y defunción custodiados en la oficina parroquial. 

Según testigos locales contactados por ACN, los atacantes empezaron a tirar muebles a la calle mientras exigían la muerte del presunto blasfemador, Saleem Masih, un cristiano que presuntamente arrancó páginas del Corán y escribió contra Mahoma. Sin embargo, la acusación parece contradictoria: el joven Masih es analfabeto. Como lo son muchos de los cristianos paquistaníes que por su origen humilde no han asistido a la escuela.

Por su parte, un cristiano de Faisalabad ha dicho a ACN: "Es absolutamente aterrador. No sabemos qué va a ocurrir a continuación".

Otro destacado clérigo paquistaní de Faisalabad ha declarado: “Condenamos rotundamente este acto de brutal terrorismo. Quienes atacan a cristianos inocentes y queman sus casas tienen una mentalidad terrorista”.

Por el momento, no hay noticias de víctimas mortales. Un sacerdote de edad avanzada ha dicho a ACN que la amenaza persiste y que la gente sigue estando “muy asustada”.

“Estamos muy agradecidos por vuestra preocupación y vuestras oraciones. Por favor, seguid rezando por nosotros”.

El padre Tanveer ha informado de que se han enviado más agentes policiales, pero que no hay garantías de que puedan controlar la situación porque los extremistas están bien armados y siguen empeñados en cometer actos violentos en respuesta al presunto incidente de blasfemia.

Pakistan incendios 16 de agosto

Reacciones internacionales llegan de a poco

El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), el Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, expresó su consternación al recibir informes de ataques violentos contra iglesias y cristianos en la provincia de Punjab en Pakistán.

Estos informes, agregó Pillay, ilustran una vez más las amenazas extremistas que enfrentan los miembros de la comunidad cristiana en Pakistán. "El CMI hace un llamado a las autoridades pakistaníes para que actúen con urgencia y consistencia para prevenir más ataques violentos y violaciones de los derechos humanos de los cristianos en la provincia de Punjab o en otras partes de Pakistán", dijo Pillay. "El CMI ha expresado durante mucho tiempo su grave preocupación por el impacto de las leyes contra la blasfemia de Pakistán sobre los cristianos y los miembros de otras comunidades religiosas, como indican una vez más estos últimos informes".

Todos los paquistaníes tienen derecho al respeto y reconocimiento de sus mismos derechos como ciudadanos del país, independientemente de su afiliación religiosa, instó Pillay.

El Consejo Mundial de Iglesias promueve la unidad cristiana en la fe, el testimonio y el servicio por un mundo justo y pacífico. Esta comunidad de iglesias fundada en 1948, reúne a 352 iglesias protestantes, ortodoxas, anglicanas y otras que representan a más de 580 millones de cristianos en más de 120 países, y trabaja en cooperación con la Iglesia Católica Romana.

Podemos ver que desde ciertos países se ven las primeras reacciones, pero es insuficiente. Se necesita una respuesta enérgica y sobre todo acabar con las acusaciones de blasfemia (en su mayoría falsas) que ponen en serio peligro a las comunidades de Pakistán, India y otros lugares del mundo.

Hace pocas semanas el Papa Francisco señaló, a raíz de la quema de un ejemplar del Corán en Suecia, que es un hecho "inaceptable" y "condenable", e instó a que la libertad de expresión no se use como "excusa para ofender a los demás".

"Permitir esto es inaceptable y condenable (...) la libertad de expresión no debe usarse como excusa para ofender a los demás (...) nuestra misión es transformar el sentido religioso en cooperación, fraternidad y obras tangibles de bien", dijo el Papa Francisco al periódico estatal emiratí Al Ittihad.

En la misma entrevista señaló que "cualquier libro considerado sagrado por sus autores debe ser respetado por respeto a sus creyentes, y la libertad de expresión nunca debe ser utilizada como excusa para despreciar a los demás, y permitirlo debe ser rechazado y condenado".

A pesar de sus palabras y de sus muchos gestos concretos a favor de la libertad religiosa y la protección de los cristianos perseguidos, vemos que es un derecho humano poco considerado y que pone en peligro a un tercio de la población mundial, según consigna el Informe de libertad Religiosa publicado este año y que puede ser leído en la página web de Ayuda a la Iglesia que Sufre Chile (www.acn-chile.org).

En la educación está la clave para la paz

Sin embargo, a pesar de las malas noticia, no todo está perdido y la Iglesia paquistaní centra sus esperanzas en la educación para lograr esa esperada paz.

Justo antes de que ocurrieran estos tristes hechos en ACN habíamos recibido noticias alentadoras que daban cuenta de la labor realizada por la Iglesia en la región.

Las falsas acusaciones de blasfemia contra cristianos y otras minorías vulnerables solo pueden prevenirse mejorando la educación, según el presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán.

La importancia de la educación no se puede obviar en un país donde el 40 por ciento de la población es analfabeta. Mons. Joseph Arshad dijo que "la Iglesia Católica desde el principio ha tomado medidas para promover la educación en Pakistán. En nuestra diócesis (Islamabad-Rawalpindi) tenemos 70 escuelas, y 48 de ellas están bajo la junta de educación diocesana. Con los ingresos de ocho de estas escuelas, estamos subsidiando las otras 40 escuelas, que son puramente para gente pobre".

El arzobispo destacó que la mayoría de los 40.000 alumnos que asisten a las escuelas católicas de la diócesis son musulmanes, lo que brinda una gran oportunidad para fomentar la tolerancia interreligiosa y el entendimiento mutuo.

Dijo: "Naturalmente, los que han estudiado en nuestras escuelas tienen una visión más amplia de la vida. Respetan otras religiones, lo que es muy beneficioso para el progreso y la construcción de una sociedad mejor".

El arzobispo dijo que cree que la educación es clave para la mejora de la situación ya que "a través de la educación, se desarrolla un sentido de justicia en los seres humanos".

Afirmó que la comunidad cristiana del país es "pobre y marginada", y las familias "luchan por dar una buena educación a sus hijos".

Agregó: "Otros desafíos que enfrentan son la discriminación social y las falsas acusaciones de blasfemia... muchas personas se aprovechan de la ley y se acusan entre sí de blasfemia", destacando que muchas acusaciones están motivadas por disputas personales.

Agregó que la diócesis también está ayudando “a los jóvenes a obtener una educación superior, y en este sentido las becas financiadas por ACN, para darles una mejor oportunidad de desarrollar carreras al servicio de la nación y la comunidad”.

Concluyó: "Como sociedad, debemos crecer más para respetarnos unos a otros, especialmente a las minorías. Tenemos que crear y promover una cultura en la que todos tengan las mismas oportunidades de empleo y carreras y el derecho a la justicia".

Sus palabras ofrecen una oportunidad en medio de las tristes noticias que hoy informan los medios de comunicación y que obligaron a muchos cristianos de Jaranwala a dejarlo todo para salvar sus vidas.


Anexo 1

Condena enérgicamente el incidente de Jaranwala por protesta pacífica

ACNNosotros, las hijas de San Pablo, junto con el arzobispo Beny Traves, el clero, los seminaristas y los fieles de la archidiócesis  de Karachi, condenamos enérgicamente el incidente de Jaranwala con una protesta pacífica frente al Club de Prensa de Karachi el 18 de  agosto de 2023.

El incidente de Jaranwala es muy doloroso y aterrador en el que más de 20 de nuestras hermosas iglesias, Holy   Books,  Santo Crucifijo, casas cristianas y todas las entidades fueron quemadas y destruidas. 

Nuestros hermanos y hermanas cristianos fueron desplazados, muchas de nuestras madres, hermanas e hijos tuvieron que huir de sus hogares con la cabeza desnuda y descalzos y esconderse en los campos. Vuestros pequeños hijos cristianos  han visto las  horribles escenas y han  pasado por torturas múltiples.

Esto hizo que todos los cristianos y particularmente las hijas, hermanas y madres de este país se sintieran muy inseguros. Incluso   en el pasado, Shanti Nagar  (1997),  Gojra  (2009),  Joseph Colony (2013), Lahore (2015-16)  y ciudades como Kasur  (2014) se han  convertido en una triste historia de tales incidentes. 

Éramos paquistaníes, somos paquistaníes y seguiremos siendo paquistaníes. Pakistán es nuestro hogar. Esta tierra es nuestra madre. Sus fronteras contienen la sangre de nuestros ancianos cristianos.

La tierra de este país es un testimonio de que los grandes líderes nacen de las escuelas misioneras cristianas, a través de la valiosa educación y formación. Siempre contribuimos al desarrollo y la prosperidad de este país.

Hacemos un llamamiento al Gobierno del Pakistán para que proteja a todas las religiones y controle plenamente a los grupos que propagan la violación y la desconfianza y haga cumplir las leyes adecuadas contra ellos.

Estamos agradecidos a todos nuestros hermanos y hermanas musulmanes, especialmente Maulana Tahir Ashrafi y a todos los líderes políticos que apoyan a nuestros cristianos afectados en Jaranwala. Esto demuestra que somos una sola nación. 

Larga vida a Pakistán

Sr. Ghazia FSP, Karachi

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