Es tradición que cada 25 de diciembre el Papa pronuncie un mensaje de Navidad a la vez que imparte la bendición Urbi et orbi. En su mensaje suele reflexionar sobre el misterio de la Navidad e implora por los principales sufrimientos del mundo. Compartimos a continuación los mensajes del Papa Francisco como recurso para preparar esta Navidad.

2013: “La verdadera paz – como sabemos – no es un equilibrio de fuerzas opuestas. No es pura «fachada», que esconde luchas y divisiones. La paz es un compromiso cotidiano, y la paz es también artesanal, que se logra contando con el don de Dios, con la gracia que nos ha dado en Jesucristo”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2013

2014: “Que su fuerza redentora transforme las armas en arados, la destrucción en creatividad, el odio en amor y ternura. Así podremos decir con júbilo: «Nuestros ojos han visto a tu Salvador»”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2014

2015: “Donde nace Dios, nace la esperanza: él trae la esperanza. Donde nace Dios, nace la paz. Y donde nace la paz, no hay lugar para el odio ni para la guerra”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2015

2016: “El poder de un Niño, Hijo de Dios y de María, no es el poder de este mundo, basado en la fuerza y en la riqueza, es el poder del amor”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2016

2017: “Los primeros que vieron la humilde gloria del Salvador, después de María y José, fueron los pastores de Belén. […] Esos hombres humildes pero vigilantes son un ejemplo para los creyentes de todos los tiempos, los cuales, frente al misterio de Jesús, no se escandalizan por su pobreza, sino que, como María, confían en la palabra de Dios y contemplan su gloria con mirada sencilla”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2017

2018: “El rostro de Dios se ha manifestado en un rostro humano concreto. […] Así, con su encarnación, el Hijo de Dios nos indica que la salvación pasa a través del amor, la acogida y el respeto de nuestra pobre humanidad”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2018

2019: “Su nombre es Jesús, que significa Dios salva. El Padre, Amor eterno e infinito, lo envió al mundo no para condenarlo, sino para salvarlo (cf. Jn 3,17)”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2019

2020: “Gracias a este Niño, todos podemos dirigirnos a Dios llamándolo “Padre” […] gracias a este Niño, todos podemos llamarnos y ser verdaderamente hermanos”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2020

2021: “El Verbo se hizo carne para dialogar con nosotros. Dios no quiere tener un monólogo, sino un diálogo. Porque Dios mismo, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es diálogo, eterna e infinita comunión de amor y de vida”.

Leer Urbi et Orbi - Navidad 2021

 

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El lunes de madrugada, tras haber dado el Domingo de Resurrección la bendición Urbi et Orbe y saludado desde el balcón y el papamóvil a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Su Santidad Francisco partió a la casa del Padre. La noticia se extendió rápidamente y, a pesar de que sabíamos que su salud estaba muy frágil, causó mucha consternación. Se hace difícil asimilar que alguien con un mensaje tan vivo y una presencia tan poderosa en su sencillez, ya no está, y es inevitable recurrir a aquellas imágenes, frases y recuerdos que cada uno tiene especialmente grabados en su interior.
Poder reflexionar sobre las inquietudes que ocupan a la Iglesia y a sus pontífices es una vocación fundacional de la revista Humanitas , la que ha acompañado a lo largo de su historia a tres Papas. Acompañar a Francisco fue una tarea especial debido a la relevancia que fue adquiriendo la fuerza e identidad católica del continente latinoamericano. Compartimos a continuación algunos escritos que profundizaron, a lo largo de estos doce años, en diferentes aspectos de su pontificado.
Durante doce años Francisco fue el pastor de la Iglesia, un Papa argentino que llevó hasta el Vaticano lo mejor de la Iglesia de Latinoamérica: su sencillez, su espiritualidad, su actitud en permanente salida y su opción por estar junto a los últimos. Un Papa con voz firme y fuerte, pero que supo comunicar con ternura y sin enfrentamientos, humilde y franco, lleno de gestos y de sorpresas, que se fue haciendo anciano, pero que condujo la barca de Pedro con la fuerza de quien se deja mover por el Espíritu Santo.
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