Este sábado la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad ha llegado a su fin y el camino sinodal, que comenzó el año 2021 y que ha tenido diversas etapas, se da por completado. Aún queda por delante la implementación de las medidas acordadas y contenidas en el Documento Final, para llegar a hacer de la sinodalidad “una dimensión constitutiva de la Iglesia”.

El camino recorrido

Durante su pontificado, Francisco ha mencionado repetidamente que la sinodalidad es el camino principal en la vida de la Iglesia. Los procesos sinodales apuntan a desarrollar la comunión, aportando al diálogo profundo y a la escucha del Pueblo de Dios. Por ello, desde 2021 la Iglesia se encuentra en un itinerario sinodal con el tema: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

El recorrido se ha articulado en tres fases: una fase de escucha, una de discernimiento y una de implementación. Después de la apertura del proceso sinodal los días 9 y 10 de octubre de 2021, las Iglesias locales de todo el mundo, con ritmos diferentes y expresiones multiformes, emprendieron la primera fase de escucha. La escucha comenzó dentro de las comunidades eclesiales, pasando después por etapas diocesanas, nacionales y continentales, en un diálogo constante, impulsado por la Secretaría General del Sínodo a través de documentos de síntesis y de trabajo. La novedad de esta primera fase fue la experiencia de las Asambleas Continentales, que reunieron a las Iglesias locales de una misma área geográfica, invitándolas a aprender a escucharse, a acompañarse en el camino y a discernir juntas los principales retos, la realización de la misión y el contexto en el que se encuentran.

La Primera Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, desarrollada en octubre de 2023, inauguró la segunda fase, acogiendo los frutos de la fase de escucha para discernir, en la oración y el diálogo, los pasos que el Espíritu le pide dar a la Iglesia. Esta fase continuó con la Segunda Sesión de la Asamblea, desarrollada este año 2024 entre los días 2 y 27 de octubre. Tras su conclusión, se publicó un Documento Final, fruto del trabajo desarrollado, con vistas a una aplicación concreta más intensa por parte de todas las Iglesias locales.

La Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos

Para la preparación de la segunda sesión se buscó mantener viva la dinámica sinodal en las iglesias locales, así como también se profundizó en torno a la pregunta “¿cómo ser una Iglesia sinodal en misión?” Las respuestas desarrolladas fueron la base del Instrumentum laboris de la segunda sesión, a las que se les sumaron las aportaciones de presbíteros comprometidos en la pastoral parroquial reunidos en el Encuentro Internacional “Párrocos para el Sínodo” (Sacrofano, Roma, 28 de abril - 2 de mayo de 2024).

En paralelo, se establecieron diez grupos de estudio instituidos por el Santo Padre compuestos por la Secretaría General del Sínodo, dicasterios, expertos y pastores, cuyos informes preliminares fueron presentados el 2 de octubre, durante la 1ª Congregación General del Sínodo, además de algunas comisiones para el análisis de temas precisos, como es el asunto de la poligamia en varios países africanos, o el proyecto de reforma de las normas canónicas que implica el proceso sinodal y la obligación de los obispos de consultar a distintos Consejos (episcopal, diocesano, episcopal, presbiteral, parroquial).

Los grupos de estudio instituidos trataron los siguientes temas:

  1. Formas ministeriales, especialmente el papel de la mujer en la Iglesia y diaconado femenino (este último fue objeto de trabajo de dos comisiones, aunque aún no se considera maduro).
  2. El clamor de la tierra y de los pobres, y el vínculo entre la comunidad cristiana y quienes trabajan al servicio de la caridad, la justicia y el desarrollo.
  3. Situación de las iglesias orientales devastadas por la guerra, las que “están en peligro de desaparecer”.
  4. Mundo digital y anuncio del Evangelio.
  5. Primado petrino en un marco ecuménico, abordando temas como el vínculo entre sinodalidad y primado, la hospitalidad eucarística y la relación con los movimientos de renovación de inspiración cristiana.
  6. Servicio de obispos, sacerdotes y diáconos y su relación con el Pueblo de Dios.
  7. Relaciones entre los obispos y las personas consagradas y la colaboración con las conferencias episcopales, los superiores mayores, las agregaciones eclesiales y las iglesias locales.
  8. Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis (revisión del documento de 1985 sobre la vida, formación y ministerio de los sacerdotes).
  9. Figura y papel de los nuncios.
  10. Cuestiones doctrinales, pastorales y éticas controvertidas (casa común, paz, fraternidad, conyugalidad, generación, sexualidad y cuidado de la vida).

La Segunda Sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos tuvo lugar en Roma entre los días 2 y 27 de octubre de 2024, tras la realización de un retiro de preparación y una ceremonia penitencial donde el Santo Padre dirigió, en nombre de todos los cristianos, una petición de perdón a Dios y a las hermanas y hermanos de toda la humanidad. Asimismo el Papa escuchó a una víctima de abusos, otra de la guerra y una que ha sufrido el pecado de la indiferencia ante el drama de las migraciones.

Los trabajos se inauguraron el 2 de octubre con una solemne misa y la 1ª Congregación General, donde se presentaron los informes de cada grupo de estudio. El trabajo propiamente tal se organizó en torno a cinco módulos establecidos por el Instrumentum laboris, cada uno profundizado a través de pequeños círculos de diálogo en torno a la metodología de “conversación en el Espíritu”. Así, se trabajaron los fundamentos de la sinodalidad, tema introducido el día 3 de octubre; las relaciones sinodales (con el Señor, entre hombres y mujeres, en la familia, en la comunidad, entre los grupos sociales), trabajadas desde el 7 de octubre; los itinerarios sinodales (procesos que garantizan el cuidado y el desarrollo de las relaciones, en particular, la unión con Cristo en vista de la misión, y la armonía de la vida comunitaria), desde el 10 de octubre, y los lugares (contexto y cultura donde se desarrolla la sinodalidad), desde el 15 de octubre. A su vez, hubo cuatro foros teológico-pastorales sobre los temas de: el Pueblo de Dios, sujeto de la misión; el papel y la autoridad del obispo en una Iglesia sinodal; la relación mutua de Iglesia local – Iglesia universal, y el ejercicio del Primado y el Sínodo de los obispos. Se realizó también una Vigilia Ecuménica, y una ceremonia de canonizaciones el domingo 20 de octubre.

A diferencia de las veces anteriores, en esta ocasión el Papa no hará una Exhortación postsinodal recogiendo y reencauzando las ideas del documento, ya que, en palabras del Santo Padre “lo que hemos aprobado en el documento es suficiente”. Así, este documento íntegro pasa a formar parte del Magisterio de la Iglesia.

Se trata de un documento con un marcado acento pastoral, que busca revisar y promover mayores formas de participación de los laicos y la mujer en la vida de la Iglesia, fomentar lazos ecuménicos entre las iglesias orientales y latina, y establecer nuevas instancias y mecanismos de rendición de cuenta, evaluación de liderazgo y articulación entre las instancias consultivas y deliberativas en los procesos de toma de decisiones, así como también propone una revisión de la formación en seminarios. Asimismo, se plantea la necesaria búsqueda de equilibrio entre la tradición y las necesidades pastorales.

Aunque la asamblea del Sínodo de la Sinodalidad ha llegado a su fin y el camino sinodal se da por completado, aún queda por delante la implementación de las medidas acordadas para hacer de la sinodalidad “una dimensión constitutiva de la Iglesia”.

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