El viernes 16 de junio un ataque cobró 42 vidas, 38 de ellas estudiantes, en una escuela secundaria en el oeste de Uganda. Se sospecha que los atacantes son miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas rebeldes (ADF), vinculados al Estado Islámico y contrarios al gobierno del presidente ugandés Yoweri Museveni, en el poder desde 1986. El hecho habría sido una represalia por el despliegue de fuerzas ugandesas en la vecina República Democrática del Congo. El obispo de la diócesis local describió el atentado como “increíble, horrible e inhumano”, criticando al gobierno ugandés por lo que describió como fallas de seguridad, en tanto el Papa rezó por las víctimas durante el Ángelus dominical del 18 de junio.
El viernes 16 de junio un ataque cobró 42 vidas, 38 de ellas de estudiantes, en una escuela secundaria en Bwera, en el oeste de Uganda. Algunos niños fueron masacrados, mientras que, al parecer, varias alumnas fueron secuestradas. Un guardia y dos miembros de la comunidad local también fueron heridos fuera del centro. Ocho personas fueron rescatadas y se encuentran hospitalizadas en estado crítico. Al parecer, algunos cuerpos fueron quemados y han quedado irreconocibles.
Se sospecha que los atacantes son miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas rebeldes (ADF), vinculados al Estado Islámico y contrarios al gobierno del presidente ugandés, Yoweri Museveni, en el poder desde 1986. El hecho habría sido una represalia por el despliegue de fuerzas ugandesas en la vecina República Democrática del Congo.
La milicia ADF, que tiene su bastión en el este de la República Democrática del Congo (RDC), atacó la escuela de Lhubirira, en la localidad de Mpondwe, prendiendo fuego a un dormitorio y saqueando una tienda de comida, para luego huir hacia territorio congolés.
Esta milicia comenzó como un grupo insurgente en Uganda y se instaló en el este de la RDC en la década de 1990. Desde entonces ha sido acusada de matar a miles de civiles. A partir del 2019, algunos ataques de esta milicia en el este de la RDC fueron reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico, que presenta a sus combatientes como una rama local.
El obispo de la diócesis local describió el atentado como “increíble, horrible e inhumano”, criticando al gobierno ugandés por lo que describió como fallas de seguridad. En tanto desde la ventana del Palacio Apostólico, en el primer Ángelus dominical tras ser dado de alta del Hospital Gemelli, Francisco dirigió su pensamiento a los “jóvenes estudiantes víctimas del brutal ataque que tuvo lugar contra una escuela en el oeste de Uganda”. El Obispo de Roma exhortó a rezar por la paz pensando en “esta lucha, esta guerra en todas partes”.
Fuente: DW y Vatican News