“Ser puentes” fue la motivación para los 1.000 jóvenes voluntarios que recorrieron Chile este invierno. Los voluntarios de Trabajo País construyeron, además de capillas y salones parroquiales, una plaza para el encuentro con la comunidad. En tanto, los jóvenes de Misión de Vida forjaron relaciones en Cristo con las familias de campamentos visitados previamente. Los escolares de Siembra saldrán en tres fines de semana distintos.

Imagen de portada: Derecho, Ingeniería Civil, College, Ingeniería Comercial, Psicología, Construcción Civil, Medicina, Terapia Ocupacional, Diseño, Enfermería, Agronomía, y Arquitectura, entre otras, son las carreras de las cuales provienen la mayoría de los estudiantes en esta versión de misiones y trabajos de invierno 2023.
Esta foto fue tomada en la misa de envío en la explanada del Templo del Campus San Joaquín.

Llenos de expectativas y entusiasmo por hacer de estas vacaciones, no sólo una oportunidad para descansar, sino que también para construir, forjar comunidades cristianas y servir a quienes más lo necesitan, más de mil jóvenes, universitarios y secundarios, salieron al encuentro de distintas localidades de Chile, con la alegría de compartir una Iglesia viva.

Los voluntarios de Misión de Vida, Trabajo País, Siembra UC y Coro Misión País, proyectos de la Pastoral de la Pontificia Universidad Católica de Chile, estuvieron entre el 14 y el 23 de julio construyendo capillas y misionando, con la energía juvenil que los caracteriza en 39 zonas del país, desde Copiapó a Puerto Montt.

El envío de los misioneros estuvo marcado por una eucaristía celebrada el mismo viernes 14 de julio en la Iglesia del Sagrado Corazón del campus San Joaquín, presidida por el obispo auxiliar de Santiago, monseñor Álvaro Chordi, quien motivó a los estudiantes a ser felices, fieles y fecundos, siendo puentes en un país que tanto lo necesita:

Están a punto de iniciar estas misiones y trabajos, que son un camino de servicio, de oración y de fraternidad. Recuerden que son enviados por Jesús, que porta un mensaje de vida, esperanza y paz. Yo les invito a que unan y santifiquen nuestro país, que tanta falta nos hace; que unan el país, que sean ministros de reconciliación ante tanta polarización; que sean muy orantes y compasivos, y que se dejen convertir.

Asimismo, agregó que es importante confiar en Dios y el plan que tiene para cada uno: “Nosotros misionamos porque Él nos envía a misionar. Hay un antes y un después de las misiones y trabajos. ¿De qué depende? De tú disposición y de que sea el momento que Dios quiere para esa llamada vocacional, para ese seguirle a Él con radicalidad”.

El capellán mayor de la UC, Pbro. Jorge Merino, en tanto, agradeció especialmente a los jóvenes por participar de la actividad y aceptar la invitación de ir al encuentro de quienes más lo necesitan:

Quisiera agradecerles por haber aceptado esta llamada del Señor, pero también por el testimonio de alegría que nos dan, por haberse encontrado con Jesús y querer compartir esa alegría con los demás. Los animo a que puedan ir con el corazón muy dispuesto para encontrarse con tantas personas que los van a acoger y que puedan aprender de ellos, para juntos poder crecer en la fe.

“Yo les invito a que unan y santifiquen nuestro país, que tanta falta nos hace; que unan el país, que sean ministros de reconciliación ante tanta polarización; que sean muy orantes y compasivos, y que se dejen convertir”, Mons. Álvaro Chordi.

Comunidades con Cristo en el centro

Interpelados por la realidad, los proyectos y cada uno de sus voluntarios representan una respuesta a Cristo para ser instrumentos al servicio de las necesidades más urgentes del país, tratando de ser luz de esperanza para muchas personas que se sienten solas y también un regalo para la Iglesia chilena y su misión.

Para Ángela Parra, directora de la Pastoral UC, estas misiones y trabajos fueron una señal de esperanza muy profunda para la sociedad y la Iglesia Católica; de mostrar una Iglesia joven, alegre y en salida:

La actitud que han tenido estos jóvenes ha sido positiva, ha sido optimista, ha sido alegre... Muchas veces se dice “¿dónde están los jóvenes? Al parecer están durmiendo, no están interesados en los problemas de hoy”. Y la verdad es que aquí están y ha sido increíble poder ver cómo a través de su juventud y energía son capaces de contagiar comunidades completas, las que muchas veces no tienen las oportunidades de ver a otras personas, de recibir un sacerdote o incluso estar conectados con las ciudades más grandes.

39 son las zonas que los voluntarios de los proyectos de la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la Pontificia Universidad Católica de Chile visitaron durante estos diez días de misión, donde además de la evangelización y la construcción, se dio el espacio para que los jóvenes y las comunidades pudieran crear vínculos.

“Me gustaría decirles a los jóvenes que son un amor y que cada uno se lleva un pedazo de mi corazón; y todo lo que me queda de vida los voy a recordar. Siempre voy a compartir con otros esta experiencia que vivimos esta semana junto a los voluntarios, transmitiendo con gozo las experiencias, todo lo que disfrutamos y el amor que hay tras esta capilla”, contó Irine Alegría Manríquez, vecina de San Bernardino, localidad perteneciente a la parroquia San José de Pelarco, donde estuvieron 30 voluntarios de Trabajo País.

También, Alegría contó que “ver esta capilla construida es un sueño logrado, un sueño que veía lejano. Gracias a los chicos de Trabajo País, a los vecinos, al padre... estamos muy felices porque por fin tenemos un espacio nuestro y más acogedor en donde celebrar nuestras ceremonias y encontrarnos con el Señor”.

El obispo de Talca, Monseñor Galo Fernández, presidió la Misa de inauguración de la capilla de San Bernardino el pasado 22 de julio, oportunidad en la que habló sobre la semilla que Dios ha sembrado en cada uno:

Vivimos también en la lucha de hacer crecer el trigo y no dejar que la cizaña ahogue al trigo. Cada uno podrá revisar en su propia vida y encontrar sus propias experiencias. El trigo bueno se manifiesta en esta experiencia. Y cuánto quisiéramos que les proyectara la vida entera, que la profesión que tengan esté marcada por el amor, el servicio y la disponibilidad.

Para Rocío Cuevas, jefa de zona de Trabajo País del Hogar San Gerardo, en Quilicura, lo realizado con los adultos mayores fue una oportunidad para crecer en empatía, fe, esperanza y caridad. “Hemos tenido varias actividades con ellos: el Rosario, talleres, entre otros. Poder conversar, ‘prestar oreja’... es algo sencillo, y tan común para nosotros, que impresiona y llena el corazón verlos más felices y tomados en cuenta”.

Misión de Vida visitó diferentes localidades, sobre todo, de la Región Metropolitana. Una de ellas fue Cerro 18, en Lo Barnechea. “Tuve la oportunidad de compartir con los jóvenes misioneros durante la misa en honor al Día de la Virgen del Carmen en el Santuario Mirador del Carmen –agradeció Alejandra Troncoso, feligresa de la parroquia Santa Rosa–. Es muy lindo y enciende la fe de los que estamos presentes ver la alegría y el entusiasmo de estos chiquillos. Este es el segundo año que vienen hacia acá; ojalá lo sigan haciendo, para llevar la buena noticia de Cristo a cada rincón”.

En la Pontificia Universidad Católica de Chile se plantea una formación integral, que permita profundizar en la formación personal, espiritual y académica de la comunidad universitaria, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia y que propicie el diálogo fe-cultura. En este sentido, conocer la realidad del país y de todas aquellas personas que lo habitan es esencial. El rector Ignacio Sánchez recalca que este tipo de actividades, las misiones y trabajos voluntarios, agregan valor a la experiencia universitaria.

“Creo que muchas veces se toman decisiones de hacia dónde enfocar mi profesión, hacia dónde enfocar mi área científica o artística, acorde a la experiencia que hemos tenido en la vida universitaria y estas experiencias de trabajo voluntario, de trabajo en comunidad, son muy marcadoras, así que creo que, si bien —por supuesto — son voluntarias y extracurriculares, son de las experiencias que más marcan la formación de nuestros estudiantes”, puntualizó, a la vez que dijo que “por eso creo que hay que darle mucha importancia, mucho apoyo y mucha relevancia dentro de la institución”.

Jóvenes interpelados por la realidad

Cada uno de los proyectos —Misión de Vida, Trabajo País, Siembra UC y Coro Misión País— es coordinado por un equipo voluntario de estudiantes de la UC que, durante un año, se hacen cargo de liderar las iniciativas, ultimando los detalles para que se efectúen correctamente. Además, entregan los lineamientos respecto al espíritu que moviliza a cada grupo de voluntarios.

Así, con mochilas, bolsos, materiales y herramientas de construcción, sacos de dormir y muchos jóvenes en movimiento para llevar a cientos de personas y familias el mensaje de Cristo, cada iniciativa partió a diferentes zonas del país.

Trabajo País estuvo encargado de construir espacios de encuentro con las comunidades, bajo el lema “Jóvenes actuemos por el reencuentro de Chile”. Con casi 800 voluntarios, estuvieron en 22 zonas, desde Copiapó hasta Totoral, durante diez días.

En esta oportunidad, el proyecto construyó 9 capillas, 8 salones parroquiales, 12 centros vecinales y una plaza, además de visitar hogares de personas mayores. “Invitamos a nuestros voluntarios a comprometerse con y por nuestro país, sobre todo hoy que necesitamos diálogo, encuentro y escucha. Aprovechemos que con Trabajo País podemos ser un puente para construir más allá de las estructuras, con el fin de ayudar y aportar a cada comunidad”, puntualizó Luisa Hinrichs , coordinadora general de Trabajo País.

Bajo el lema “Con la luz de Cristo encendamos nuestra misión”, Misión de Vida se desplegó en diferentes zonas de la Región Metropolitana, invitando a vivir una experiencia personal y comunitaria de encuentro con Cristo. Para ello, contó con 200 voluntarios universitarios que fueron a 7 campamentos, para darles orientación espiritual y colaboración a cientos de familias para enfrentar sus necesidades más urgentes, especialmente tras las lluvias.

“Vamos a dar un mensaje de alegría y esperanza en Cristo, especialmente a las familias que más lo necesitan y que se han visto tan afectadas durante este invierno, porque viven en condiciones muy duras. Pero al mismo tiempo queremos ir a acompañarlos y ayudarlos en su crecimiento espiritual, que muchas veces se ve postergado debido a tanta necesidad material. Queremos aportar dándoles la esperanza de que sí pueden tener una vida distinta”, sostuvo Tomás Ferrada, coordinador general del proyecto.

El Coro Misión País se sumó en las visitas a las diferentes localidades, de manera itinerante, encargados de ser un instrumento para que Cristo llegue a los corazones de todas las personas, a través de la música y el canto, bajo la consigna “Hazte canto Cristo y enciende los corazones”. “Sabemos que, a través de la música, las instancias de oración se pueden vivir más profundamente y esa es la huella que queremos dejar en estas misiones y trabajos. Lograr que cada persona tenga una conexión real con Cristo en su oración”, señaló Sebastián Carvallo, coordinador general de Coro Misión País.

Escolares en acción

Cada año, el Ministerio de Educación da a conocer su calendario escolar, que determina las fechas de las vacaciones. Este 2023, el receso de invierno se extendió, en gran parte del país, entre el 3 y el 14 de julio. Esto no coincidió con las vacaciones de los universitarios, por lo que se tuvieron que hacer algunas modificaciones para salir a misionar durante tres fines de semana diferentes a lo largo del segundo semestre: entre el 14 y 16 julio; el 11 y 15 agosto; y finalmente, el del 1 al 3 septiembre.

Escolares de 58 colegios del país se unieron a las actividades organizadas por Siembra UC, iniciativa que nació en 2003 con la intención de unir a los estudiantes de III y IV medio con los universitarios, para trabajar juntos por Chile y la Iglesia. “Llamados por ti Señor, enciéndeme para irradiar tu amor”, es el lema que los motiva este invierno.

“Estamos muy felices de ser un aporte con nuestros 300 voluntarios, incluyendo escolares, que van a ir a misionar en distintas partes del país. Si bien salimos junto a todos los proyectos, nuestro objetivo este invierno es vivir la misión permanente, especialmente con las 9 comunidades que vamos a visitar”, expresó Cristián Toro, coordinador general de esta iniciativa.

Asimismo, añadió que “queremos que nuestros voluntarios tengan una gran experiencia de fe que los lleve a vivir su vida enfocada en Cristo, y que en el futuro puedan ser líderes de cambio, actores de bien, independientemente del camino que escojan en la vida”.

 

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