Dos visitas pastorales se llevaron a cabo entre los días 24 y 25 de septiembre: una a Asís para el evento la “Economía de Francisco” y al día siguiente otra a la ciudad de Matera para la clausura del Congreso Eucarístico Nacional.
El Pacto del Papa con los jóvenes en Asís: volver a la economía del Evangelio
La “Economía de Francesco” nace tras la invitación que el Papa Francisco envió el 1 de mayo de 2019 a economistas, emprendedores y empresarios del mundo menores de 35 años. En esta ocasión, se llevó a cabo un evento presencial de tres días de debate y escucha para una economía con un rostro más humano.
En los últimos años la iniciativa tuvo lugar principalmente en modalidad online, debido al Covid-19. Decenas de miles de jóvenes han participado desde los cinco continentes: se transmitieron en directo dos eventos globales online, más de 50 seminarios web, unos 25 proyectos empresariales, dos escuelas de EoF online y la primera Summer School presencial, una Academia EoF con 18 investigadores y 25 miembros senior.
En el marco del evento, el Papa estuvo en Asís el 24 de septiembre, día de cierre. Allí firmó un pacto describiendo una visión conjunta para una economía pacífica y justa que sea más equitativa y respetuosa con los pobres y el medio ambiente.
En el acuerdo los jóvenes reconocieron que hay una “responsabilidad que recae sobre nuestra generación” y expresaron su compromiso de “dedicar nuestras vidas para que la economía de hoy y de mañana sea una economía del Evangelio”.
En concreto, esbozaron su visión de “una economía de paz y no de guerra”, que se opone a la proliferación de armas, “especialmente las más destructivas”, y que está al servicio de la persona humana y de la familia, en especial de las más vulnerables.
También expresaron su deseo de una economía que sea respetuosa con la creación y que “no haga un mal uso de ella”, y que “valore y proteja” las diferentes culturas y tradiciones, así como los recursos naturales de la tierra.
El pacto también subrayó la necesidad de una economía comprometida con la creación de trabajo “seguro y digno” para todos, y en la que “las finanzas sean amigas y aliadas de la economía real y del trabajo y no estén contra ellas”.
Se debe combatir la pobreza en todas sus formas para reducir la desigualdad y abrazar verdaderamente a los pobres, decía el pacto. Los jóvenes insistieron en la necesidad de una economía “guiada por una ética de la persona humana y abierta a la trascendencia”, que genere riqueza para todos y promueva la alegría, “no solo la riqueza, porque la felicidad que no se comparte es incompleta”.
“Creemos en esta economía”, dijeron, insistiendo en que la visión esbozada en el pacto “no es una utopía, porque ya la estamos construyendo. Y algunos de nosotros, en mañanas particularmente luminosas, ya hemos vislumbrado el comienzo de la tierra prometida”.
Visita a Matera
Al día siguiente, 25 de septiembre, el Papa se dirigió a Matera, una de las ciudades más antiguas del mundo, al sur de Italia. El motivo fue la conclusión del 27º Congreso Eucarístico Nacional, el que inició el 22 de septiembre y llevó como título “Regresemos al gusto del pan. Por una Iglesia eucarística y sinodal”.
Las jornadas estuvieron marcadas por momentos de celebración, testimonios, y gestos significativos que ayudarán a vivir aún mejor el camino sinodal emprendido y a leer el momento presente.
Según un comunicado emitido por el episcopado italiano, la idea del Congreso ha sido lanzar, desde Matera, un mensaje de esperanza y de paz, conscientes de que “volver al sabor del pan” adquiere un significado aún más profundo en tiempos de pandemia y sobre todo de guerra, donde el conflicto incluso está afectando fuertemente al suministro de cereales y a los precios de los alimentos, con efectos desestabilizadores para muchos países, especialmente los más pobres.
El último día del Congreso Francisco fue recibido por el cardenal Matteo Maria Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, y las demás autoridades locales, civiles y religiosas. Posteriormente, en la catedral, el Pontífice se reunió con refugiados y desplazados. A ellos dirigió sus palabras de saludo. Otro momento destacado fue la Eucaristía, presidida por el Santo Padre, que concluyó con el Ángelus. Por último, antes de regresar al Vaticano, Francisco visitó la Mensa della Fraternità, que lleva el nombre del Padre Giovanni Mele y que el Papa bendijo e inauguró.