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Queridas hermanas y hermanos: ¡buenas tardes!
Ustedes hoy van a caminar con Jesús. Jesús es el Camino y vamos a caminar con Él, porque Él caminó. Cuando estuvo entre nosotros, Jesús caminó. Caminó, curando a los enfermos, atendiendo a los pobres, haciendo justicia, caminó predicando, enseñándonos. Jesús camina, pero el camino que más está grabado en nuestro corazón es el camino del Calvario, el camino de la Cruz. Y hoy ustedes van con la oración, nosotros, yo también, con la oración van a renovar el camino de la Cruz. Y miremos a Jesús que pasa y caminemos con Él. El camino de Jesús es Dios que sale de sí mismo, sale de sí mismo para caminar entre nosotros. Eso que escuchamos tantas veces en la Misa: “El Verbo se hizo carne y caminó entre nosotros”. ¿Se acuerdan? Y el Verbo se hizo hombre y caminó entre nosotros. Y eso lo hace por amor. Y eso lo hace por amor. Y la Cruz que acompaña cada Jornada Mundial de la Juventud es el ícono, es la figura de este camino. La Cruz es el sentido más grande del amor más grande, ese amor con que Jesús quiere abrazar nuestra vida. ¿Nuestra? Sí, pero la tuya, la tuya, la tuya, la de cada uno de nosotros. Jesús camina por mí. Lo tenemos que decir todos. Jesús empieza este camino por mí, para dar su vida por mí. Y nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos, el que da la vida por los demás. No se olviden esto. Nadie tiene más amor que el que da la vida, y esto lo enseñó Jesús. Por eso, cuando miramos al Crucificado, que es tan doloroso, una cosa tan dura, vemos la belleza del amor que da su vida por cada uno de nosotros.
Decía una persona muy creyente una frase que a mí me tocó mucho. Decía así: “Señor, por tu inefable agonía, puedo creer en el amor”. “Señor, por tu inefable agonía, puedo creer en el amor”. Y Jesús camina, pero espera algo, espera nuestra compañía, espera que miremos. No sé, espera abrir ventanas de mi alma, de tu alma, del alma de cada uno de nosotros. ¡Qué feas son las almas cerradas, que siembran para adentro, sonríen para adentro! No tienen sentido. Jesús camina y espera con su amor, espera con su ternura, darnos consuelo, enjugar nuestras lágrimas.
Yo les hago una pregunta ahora, pero no la contesten en voz alta, cada uno se la contesta a sí mismo: ¿yo lloro de vez en cuando? ¿Hay cosas en la vida que me hacen llorar? Todos en la vida hemos llorado, y lloramos todavía. Y ahí está Jesús con nosotros, Él llora con nosotros, porque nos acompaña en la oscuridad que nos lleva al llanto.
Voy a hacer un poquito de silencio y cada uno le diga a Jesús por qué llora en la vida, cada uno de nosotros se lo dice ahora, en silencio.
(Momento de silencio)
Jesús, con su ternura, enjuga nuestras lágrimas escondidas. Jesús espera colmar, con su cercanía, nuestra soledad. ¡Qué tristes son los momentos de soledad! Él está ahí, Él quiere colmar esa soledad. Jesús quiere colmar nuestro miedo, tu miedo, mi miedo, esos miedos oscuros los quiere colmar con su consolación, y Él espera a empujarnos, a abrazar el riesgo de amar. Porque ustedes lo saben, lo saben mejor que yo: amar es riesgoso. Hay que correr el riesgo de amar. Es un riesgo, pero vale la pena correrlo, y Él nos acompaña en esto. Siempre nos acompaña. Siempre camina. Siempre, a lo largo de la vida, está junto a nosotros. Yo no quisiera abundar más cosas. Hoy vamos a hacer el camino con Él, el camino de su sufrimiento, el camino de nuestras ansiedades, el camino de nuestras soledades.
Ahora, un segundito de silencio y cada uno de nosotros piense en el propio sufrimiento, piense en la propia ansiedad, piense en las propias miserias. No tengan miedo, piénsenlas, y piensen en las ganas de que el alma vuelva a sonreír.
(Minuto de silencio)
Y Jesús camina a la Cruz, muere en la Cruz para que nuestra alma pueda sonreír. Amén.
Fuente: Vaticano
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- Francisco
Pregunta 1 (POR)
Bom dia! Scholas! Scholas! Scholas!
Quando me foi apresentado, não tive dúvidas em aceitar e abraçar porque é um espaço onde todos partilham as suas emoções e sentimentos. É um espaço onde cada um contribui com aquilo que tem, de valores éticos e morais para o bem estar da comunidade. Independentemente da sua religião ou origem. Sou guineense, da Guiné Bissau, e sou muçulmano. Mas sinto, sinto-me neste espaço. E, como sendo muçulmano, sinto obrigação e dever de me juntar e fazer parte deste movimento. Porque o que o islão também apela é a boa convivência entre as crenças, entre as diferentes crenças. E apela e zela pelo bem estar da comunidade. Apela para aquilo que devemos fazer, pelo cuidado que devemos ter com o próximo. E, por essa razão, gostaria de perguntar, o por que do Scholas ser um espaço onde todos se identificam e o por que de tanta diversidade para ter uma obra de arte? Obrigado.
Respuesta PAPA (ESP)
Scholas posibilita esto, que cada uno se sienta interpretado por el gran respeto, pero es un respeto no estático, dinámico, que pone en marcha para hacer cosas, para expresarse haciendo, como es esta pintura que, como me decía Del Corral, es una “Capilla Sixtina” pintada por ustedes.
(Aplausos)
Scholas te pone en marcha, Scholas te hace respetar al otro y escuchar al otro que tiene algo que decirte y escucharte a vos porque tenés algo que decirle. Scholas te muestra el camino hacia adelante y, si por ahí te quedás, te levanta y te hace ir adelante. Scholas es un encuentro, caminando. Todos, del país que seas, de la religión que seas, solo mirar adelante y caminar juntos. Y eso es constructivo como los tres kilómetros y medio de mural que ustedes han hecho para llegar acá.
(Aplausos)
Pregunta 2 (POR)
Eu queria seguir um pouco na direção da diversidade pra entrar no tema que foi a base dos nossos dois meses de trabalho que é o caos. Nós, enquanto grupo, e eu também individualmente, tivemos a oportunidade de visitar várias comunidades diferentes, várias pessoas diferentes, que são de religiões diferentes, são de culturas diferentes, e isso nos deu uma oportunidade grandiosa de aprofundar cada vez mais, não só dentro da própria pessoa, mas também de toda a comunidade que é descobrir o sentimento verdadeiro que elas tinham; as verdadeiras dores que elas sentiam; e, com isso, dar a oportunidade a elas de representarem tudo isso com uma pincelada, com uma linha no mural. Dar a oportunidade de se expressarem! E isso, querendo ou não, afeta a nós, toca o nosso coração, pra pensarmos: será que temos esse sentimento? Será que essas dores fazem parte de nós, do nosso convívio? Então, eu queria perguntar: o que seria da nossa existência sem o caos original? Obrigado.
Respuesta PAPA (ESP)
Vos decís “caos”. Está bien, es la crisis… ¿Sabés de dónde viene la palabra? Cuando se cosechaba el trigo, se va pasaba por una zaranda, se “cribaba”. Crisis – cribar. Y la crisis, en las personas, es eso: situaciones de la vida, acontecimientos, problemas orgánicos tuyos, o malhumor, o buen humor. Te hace cribar y vos tenés que elegir. Una vida sin crisis es una vida aséptica. ¿A vos te gusta tomar agua? ¿Te gusta? Si yo te doy agua destilada, vas a decir: “Es un asco”. Una vida sin crisis es como el agua destilada, no tiene sabor a nada, no sirve para nada, sino para guardarla en el ropero y cerrar la puerta.
Las crisis hay que asumirlas, hay que asumirlas y resolverlas, porque quedarse en la crisis tampoco es bueno porque es un suicidio continuo. Es como un estar girando y girando, ¿no? Las crisis hay que caminarlas, hay que asumirlas y raramente solo. Y eso también es importante en el grupo de Scholas: caminar juntos para enfrentar crisis juntos, resolver cosas juntos y seguir adelante, crecer juntos… Y bueno, ¡adelante! Aunque sea para comer una feijoada…
(Aplausos)
Pregunta 3 (POR)
Nestes dois últimos meses, trabalhamos muito para conseguir fazer o mural que viu lá fora. Mas, este mural, realmente representa o caos. O caos que, muitas vezes, quando o vivemos, e quando o vivemos de perto, não compreendemos e é uma grande confusão. Aparecem só linhas aleatórias. Mas, na verdade, é que chega um ponto em que nós nos distanciamos. E, nessa distância, começamos a conseguir ver formas, cores; começamos a conseguir ter um sentido neste caos, a conseguir a pensar mais do que aquilo que muitas vezes apenas vemos ou apenas sentimos, mas, sim, conseguimos expressá-lo. E, para mim, por exemplo, foi uma experiência muito grande porque também já vivi momentos de muito caos na minha vida – e acho que todos nós vivemos – e, a verdade é que, ao ouvir a história dos outros, estar verdadeiramente aberta para ouvir, para partilhar, para acolher todas estas pessoas que fizeram parte deste mural foi um privilégio para nós, acho que mais do que pra eles, pra nós que estamos aqui e facilitamos isso ter acontecido. E tudo isto porque buscamos esse sentido, e todos nós buscamos esse sentido profundo de perceber que é algo maior do que simplesmente estar aqui. E, então, queríamos perguntar-lhe […] enquanto passou, neste mural; o que sentiu, o que passou durante esta experiência até chegar aqui, ao coração, deste mural, e que realmente é simplesmente pra nós ou início ou o fim. Não sabemos.
E, antes de responder, queríamos também, em nome de todos, oferecer-lhe um pincel. Este pincel que representa todos nós.
Respuesta PAPA (ESP)
Es lindo lo que decís del caos. Había alguien que decía que la vida del hombre, nuestra vida humana, es hacer del caos un cosmos, o sea, de lo que no tiene sentido, de lo desordenado, lo caótico, hacer un cosmos, con sentido, abierto, invitador, complessivo. Yo no quiero ponerme acá catequista, ¿no?, pero si vemos la estructura del relato de la Creación, que es un relato mítico, ¿no es cierto? En el sentido verdadero de la palabra “mito”, porque “mito” es un modo de conocimiento. Entonces, usa esa historia, el que escribió el relato de la Creación. Entre paréntesis, eso se escribió mucho después que el pueblo judío tuvo la experiencia de su liberación. O sea, primero es toda la experiencia del éxodo del pueblo judío y después miran hacia atrás. ¿Y cómo empezó la historia? ¿Cómo se transformó el caos en cosmos? Y ahí está en un lenguaje poético cómo Dios, del caos un día hace la luz, otro día hace el hombre y va como creando cosas y transformando el caos en cosmos. Y en nuestra vida sucede lo mismo, eh: hay momentos de crisis -vuelvo a tomar la palabra-, que son caóticos, que vos no sabés dónde estás parado, y todos pasamos esos momentos, oscuros. Caos. Y ahí el trabajo personal de las personas que nos acompañan, de un grupo así, es transformar el cosmos. A mí me cuesta trabajo, en este caos de la Sixtina (risas), pensar que hay detrás un cosmos, porque el cosmos, ¿cuál es? Lo están armando ustedes en el mensaje que están llevando adelante, en el camino… No se olviden nunca esto: de un caos, transformar un cosmos. Y ese es el camino de cada uno, ¿no? Una vida que se queda en lo caótico es una vida fracasada y una vida que nunca sintió el caos es una vida destilada, todo perfecto, ¿no? Y las vidas destiladas no dan vida, se mueren en sí mismas. Es una vida que sintió la crisis como caos, que no entiende nada, y lentamente dentro de sí, y en la comunidad, fue transformando la vida personal o la vida relacional en un cosmos…Chapeau!
Una de las jóvenes de Scholas Ocurrentes, en español:
Muchas gracias, Papa Francisco, por tus palabras. Gracias.
Una joven en portugués: É uma alegria para nós concluir assim este caminho. Mas, apesar desta experiência terminar, gostaríamos de pensar que a obra realmente nunca termina. Por isso, hoje, vamos concluir, começando. E, assim, quando um caminho se fecha, um novo caminho se abre. Decidimos chamar este projeto 'Vida Entre Mundos'. De fato, todo o mural é uma experiência e uma expressão de vida que nasce do encontro de tantas realidades diferentes. Por isso, hoje, vamos dar um salto e reunir um mundo físico com um mundo virtual.
Una joven, en español: Vamos a pedirte, querido Francisco, que nos acompañes hasta la pared que tenés atrás, y nos regales la última pincelada de este mural, pero con un pincel muy particular, capaz de iniciar, al mismo tiempo, una misma obra virtual que va a conseguir reunir las diferentes comunidades de Scholas en todo el mundo.
José María del Corral [Presidente de Scholas Ocurrentes]: Papa, Papa Francisco, el video, el pincel este, virtual, del que hablaba Eugenia, es un arma para la paz. Parece una pistola porque vas a gatillar acá, pero, en vez de matar, con esta pincelada que vas a dar en la pared, también vas a estar dándola en el mundo virtual. En estos momentos, hay chicos de Scholas en Mozambique, que tienen puesto un artefacto, en Mozambique, en Tofo, para ver tu pincelada, que vas a hacer ahora, y seguirla en el mundo virtual, porque los jóvenes quieren que seas vos el que una el mundo físico con el mundo virtual para que el mundo virtual nunca deje de ser concreto y comprometido con la realidad.
(Aplausos)
Pintamos la pared.
PAPA: Este es el buen samaritano, y ninguno de nosotros está eximido de ser un buen samaritano. Es una obligación que todos tenemos. Cada uno tiene que buscarla en la vida, pero uno que termina su vida […] perdió como en la guerra. Resulta que el buen samaritano se encuentra a este tirado en el suelo, pero antes pasó un levita, pasó un sacerdote, y estaban apurados. No le dieron bolilla. Pero, además de que estaban apurados, no podían tocarlo porque había sangre […] Y, según la legislación de ese tiempo, el que tocaba la sangre quedaba impuro. No sé por cuánto tiempo se tenía que purificar, entonces eso le impedía cumplir sus deberes, no tocar… Morite, pero yo no te toco, impuro no me quedo. Morite, pero yo impuro no me quedo. No se olviden eso. ¡Cuántas veces puede pasar por nuestra mente: “Morite, pero yo impuro no me quedo”! ¡Cuántas veces se prefiere la “pureza ritual” a la cercanía humana! […] Los samaritanos, en la mentalidad de esa época, eran atorrantes, eran todos atorrantes y negociantes, no eran puros de mente, de corazón, eran marginados. Y este se para y lo ve y dice la historia que sintió compasión. “Morite, yo cuido mi pureza”. Sintió compasión. Les dejo la pregunta: ¿qué cosas a mí me hacen sentir compasión? ¿O vos tenés un corazón tan seco que ya no tiene compasión? Cada uno se responde. Y entonces, ¿qué sucede? Lo lleva a una posada y le consigue, en el hotel ahí, del pueblo ese, le consigue una pieza y le dice: “Mirá, yo voy a pasar dentro de tres días de vuelta”, le dice al hotelero. “Tomá, te pago esto y, si hace falta más, a la vuelta te lo pago”. Este atorrante era un buen pagador. Entonces, tenemos los ladrones que matan, el buen samaritano que lo cuida, el levita y el sacerdote que se van para no quedar impuros. Y Jesús dice: “En el Reino de los Cielos, este entra”, porque se movió a compasión. Piensen un poco en esta historia. ¿Dónde estoy yo acá? ¿Haciendo daño a la gente? ¿Dónde estoy yo acá? ¿Sacándole el cuerpo a las dificultades reales o me ensucio las manos? A veces, en la vida, hay que ensuciarse las manos para no ensuciar el corazón.
(Aplausos)
Una de las jóvenes, en español: Muchas gracias, querido Francisco, por tu regalo, una verdadera seña para seguir caminando juntos.
PAPA: Ahora les voy a dar la bendición, pero ustedes me prometen desearme bendición a mí después, y rezar y desear para que el Señor los bendiga.
(Bendición en portugués)
PAPA: Recen por mí, y el que de ustedes no reza porque no puede o porque no se siente, mándeme buena onda, eso sí…
(Aplausos)
Fuente: Vaticano
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- Francisco
Queridos jóvenes: Boa tarde!
Bem-vindos! Bienvenidos y gracias por estar aquí, ¡me alegra verlos! Me alegra escuchar el simpático alboroto que hacen y poderme contagiar de su alegría. Es hermoso estar juntos en Lisboa; fueron llamados por mí, por el Patriarca —a quien agradezco sus palabras—, por sus obispos, sacerdotes, catequistas, animadores. ¡Vamos a agradecerles a todos los que los llamaron y a todos los que trabajaron para posibilitar esta reunión, y lo hacemos con un fuerte aplauso! Pero, sobre todo, es Jesús quien los llamó, agradezcámosle a Jesús con otro fuerte aplauso.
Ustedes no están aquí por casualidad. El Señor los llamó, no sólo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas. A todos nos llamó desde el comienzo de la vida. Él los llamó por sus nombres. Escuchamos la Palabra de Dios que nos llamó por sus nombres. Intenten imaginar estas palabras escritas en letras grandes; y después piensen que están escritas dentro de cada uno de ustedes, en sus corazones, como formando el título de tu vida, el sentido de lo que sos: has sido llamado por tu nombre: vos, vos, vos, vos, acá, todos nosotros, yo, todos fuimos llamados por nuestro nombre. No fuimos llamados automáticamente, fuimos llamados por el nombre. Pensemos esto: Jesús me llamó por mi nombre. Son palabras escritas en el corazón, y después pensemos que están escritas dentro de cada uno de nosotros, en nuestros corazones, y forman una especie del título de tu vida, el sentido de lo que somos, el sentido de lo que sos. Has sido llamado por tu nombre. Ninguno de nosotros es cristiano por casualidad, todos fuimos llamados por nuestro nombre. Al principio de la trama de la vida, antes de los talentos que tenemos, antes de las sombras de las heridas que llevamos dentro, hemos sido llamados. Hemos sido llamados, ¿por qué? Porque somos amados. Hemos sido llamados porque somos amados. Es lindo. A los ojos de Dios somos hijos valiosos, que Él llama cada día para abrazar, para animar, para hacer de cada uno de nosotros una obra maestra única, original. Cada uno de nosotros es único y es original, y la belleza de todo esto no la podemos vislumbrar.
Queridos jóvenes: en esta Jornada Mundial de la Juventud, ayudémonos a reconocer esta realidad; que estos días sean ecos vibrantes de la llamada amorosa de Dios, porque somos valiosos a los ojos de Dios, a pesar de aquello que a veces ven nuestros ojos, a veces nuestros ojos están empañados por la negatividad y deslumbrados por tantas distracciones. Que estos sean días en los que mi nombre, tu nombre, por medio de hermanos y hermanas de tantas lenguas, tantas naciones
—veíamos tantas banderas— que lo pronuncian amistosamente, resuena como una noticia única en la historia, porque único es el latido de Dios por ti. Que sean días en los que grabemos en el corazón que somos amados como somos. No como quisiéramos ser, como somos ahora. Y este es el punto de partida de la JMJ, pero sobre todo el punto de partida de la vida. Chicos y chicas, somos amados como somos, sin maquillaje. ¿Entienden esto? Y somos llamados por el nombre de cada uno de nosotros.
No es un modo de decir, es Palabra de Dios (cf. Is 43,1; 2 Tm 1,9). Amigo, amiga, si Dios te llama por tu nombre significa que para Dios ninguno de nosotros es un número. Es un rostro, es una cara, es un corazón. Quisiera que cada uno vea una cosa: muchos hoy saben tu nombre, pero no te llaman por tu nombre. De hecho, tu nombre es conocido, aparece en las redes sociales, se elabora por algoritmos que le asocian gustos y preferencias. Pero todo esto no interpela tu unicidad, sino tu utilidad para los estudios de mercado. Cuántos lobos se esconden detrás de sonrisas de falsa bondad, diciendo que saben quién sos, pero que no te quieren; insinúan que creen en ti y prometen que llegarás a ser alguien, para después dejarte solo cuando ya no les interesas más. Y estas son las ilusiones de lo virtual y debemos estar atentos para no dejarnos engañar, porque muchas realidades que hoy nos atraen y prometen felicidad después se muestran por aquello de lo que son: cosas vanas, pompas de jabón, cosas superfluas, cosas que no sirven y que nos dejan vacíos por dentro. Les digo una cosa: Jesús no es así, no es así; Él confía en ti, confía en cada uno de ustedes, en cada uno de nosotros, porque para Jesús cada uno de nosotros le importamos, cada uno de ustedes le importa. Y ese es Jesús.
Y es por eso [que] nosotros, su Iglesia, somos la comunidad de los que son llamados; no somos la comunidad de los mejores, no, somos todos pecadores, pero somos llamados así como somos. Pensemos un poquito esto en el corazón: somos llamados como somos, con los problemas que tenemos, con las limitaciones que tenemos, con nuestra alegría desbordante, con nuestras ganas de ser mejores, con nuestras ganas de triunfar. Somos llamados como somos. Piensen esto: Jesús me llama como soy, no como quisiera ser. Somos comunidad de hermanos y hermanas de Jesús, hijos e hijas del mismo Padre.
Amigos, quisiera ser claro con ustedes, que son alérgicos a la falsedad y a las palabras vacías: en la Iglesia, hay espacio para todos. Para todos. En la Iglesia, ninguno sobra. Ninguno está de más. Hay espacio para todos. Así como somos. Todos. Y eso Jesús lo dice claramente. Cuando manda a los apóstoles a llamar para el banquete de ese señor que lo había preparado, dice: "Vayan y traigan a todos", jóvenes y viejos, sanos, enfermos, justos y pecadores. ¡Todos, todos, todos! En la Iglesia hay lugar para todos. "Padre, pero yo soy un desgraciado, soy una desgraciada, ¿hay lugar para mí?". ¡Hay lugar para todos! Todos juntos, cada uno, en su lengua repita conmigo: Todos, todos, todos. No se oye, ¡otra vez! Todos. Todos. Todos. Y esa es la Iglesia, la Madre de todos. Hay lugar para todos. El Señor no señala con el dedo, sino que abre sus brazos. Es curioso: el Señor no sabe hacer esto [indica con el dedo], sino que hace esto [hace el gesto de abrazar]. Nos abraza a todos. Nos muestra a Jesús en la cruz, que tanto abrió sus brazos para ser crucificado y morir por nosotros.
Jesús nunca cierra la puerta, nunca, sino que te invita a entrar; entrá y ve. Jesús recibe, Jesús acoge. En estos días cada uno de nosotros transmite el lenguaje de amor de Jesús. Dios te ama, Dios te llama. ¡Qué lindo es esto! Dios me ama, Dios me llama. Quiere que esté cerca de Él.
También ustedes, esta tarde, me hicieron preguntas, muchas preguntas. Nunca se cansen de preguntar. No se cansen de preguntar. Hacer preguntas es bueno; es más, a menudo es mejor que dar respuestas, porque quien pregunta permanece "inquieto" y la inquietud es el mejor remedio para la rutina, a veces una especie de normalidad que anestesia el alma. Cada uno de nosotros tiene sus interrogantes dentro. Llevemos esos interrogantes con nosotros y llevemos en el diálogo común entre nosotros. Llevémoslos cuando rezamos delante de Dios. Esas preguntas que con la vida se van haciendo respuestas, que solamente tenemos que esperarlas. Y una cosa muy interesante: Dios ama por sorpresa. No está programado. El amor de Dios es sorpresa. Es sorpresa. Siempre sorprende. Siempre nos mantiene alertas y nos sorprende.
Queridos chicos y chicas, los invito a pensar esto tan hermoso: que Dios nos ama, Dios nos ama como somos, no como quisiéramos ser o como la sociedad quisiera que seamos. ¡Como somos! Nos llama con los defectos que tenemos, con las limitaciones que tenemos y con las ganas que tenemos de seguir adelante en la vida. Dios nos llama así. Confíen, porque Dios es Padre y es Padre que nos quiere y Padre que nos ama. Esto no es muy fácil. Y para esto tenemos una gran ayuda, la Madre del Señor. Ella es nuestra Madre también, Ella es nuestra Madre.
Solamente era esto lo que les quería decir: no tengan miedo, tengan coraje, vayan adelante, sabiendo que estamos "amortizados" por el amor que Dios nos tiene. Dios nos ama. Digámoslo juntos todos: Dios nos ama. Más fuerte, que no oigo. No se oye acá. Gracias. Adiós.
Fuente: Vaticano