Voluntarios de Trabajo País, Misión de Vida, Siembra UC y Coro Misión País, estuvieron durante diez días con comunidades de 52 localidades de Chile, desde Arica a La Araucanía.
Mochilas, bolsos, materiales y herramientas de construcción, sacos de dormir y muchos jóvenes en movimiento para llevar a cientos de personas y familias el mensaje de esperanza de Cristo, es lo que se vivió la mañana del 13 de julio en el campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Fue un día especial para los voluntarios de los proyectos de la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la UC, Misión de Vida, Trabajo País, Siembra UC y del Coro Misión País –jóvenes universitarios de la UC y otras casas de estudio, así como escolares de III° y IV° medio–, que salieron al encuentro de distintas comunidades de Chile, con la alegría de compartir una Iglesia viva, alegre y joven.
Y es que, entre el 13 y 22 de julio, los jóvenes compartieron con vecinos de 52 localidades a través de diferentes actividades preparadas para las familias, además de la construcción de espacios de encuentro.
Un envío con esperanza y convicción
El rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, felicitó a los voluntarios por su ilusión de ir al encuentro del prójimo, siguiendo la invitación del Papa Francisco de ser una Iglesia y Pastoral en salida. “Que cerca de 1.500 jóvenes vayan a misiones y trabajos de invierno refleja el compromiso de un número muy importante de estudiantes de nuestra universidad que salen de su zona de descanso para ir a encontrarse con las comunidades, a servir, evangelizar y también a fortalecer su fe y hacer parte integral de nuestra comunidad cristiana en el país”, dijo el rector.
Luego de la carga de los buses con todo lo necesario para los días de misiones y trabajos, se celebró la tradicional Misa de envío en la Iglesia del Sagrado Corazón del campus San Joaquín. Fue presidida por el Vice Gran Canciller UC, Pbro. Tomás Scherz, y por el Capellán Mayor UC, Pbro. Jorge Merino.
El padre Jorge Merino, quien además está a cargo de guiar a los coordinadores de los proyectos de la Pastoral UC, ha orientado la labor que se realizará en los trabajos y misiones:
Con todo lo que estamos viviendo, con la situación política y social de Chile, con la crisis de la Iglesia, es posible que algunos de ustedes se pregunten si vale la pena ir a construir una capilla o a misionar. Dios nos dice que sí de una manera contundente, ya que hoy estamos celebrando a Santa Teresa de Los Andes, que nació hace 122 años. En todo el mundo hoy se está conmemorando a esta santa chilena que consagró su vida a Jesús.
“Por medio de ustedes, Dios va a hacer su obra, siempre que nosotros lo ofrezcamos. Muchas gracias por el testimonio que nos dan. Los vamos a ir a visitar. Cuenten con nuestra oración y sepan que no son solo una zona, sino que 52 muy unidas”, enfatizó el Capellán Mayor UC al despedir a los jóvenes.
Por su parte, el padre Tomás Scherz sostuvo que “nos hemos reunido para enviar a estos misioneros, con ello nos alegramos sobremanera, porque con ellos va también la Universidad, pero sobre todo va el mundo creyente, que quiere y tiene la convicción de que siempre el mundo puede ser mejor en el trabajo, en el anuncio explícito, en la alegría”.
En tanto, monseñor Alberto Lorenzelli, obispo auxiliar de Santiago, aprovechó la instancia para enviar un mensaje de agradecimiento a los jóvenes. “Vayan, poniéndose en camino; anuncien, la alegría del evangelio y la buena noticia de Jesús; testimonien, con autenticidad y coherencia nuestro ser creyentes. Son tres verbos que enriquecen la vida de la Iglesia, le dan un rostro joven y vital a esta Iglesia llagada y a veces sufriente. Por eso, sea en los trabajos materiales como en lo espiritual, estas misiones hablan de una Iglesia en camino, que tiene un presente en estos jóvenes y tiene más futuro que pasado. De este testimonio podemos mirar adelante hacia un futuro esperanzador”.
Antonia Gatica, vecina de La Vilana, dijo que “tener a los jóvenes de Trabajo País durante estos días ha sido fantástico; ellos llegaron caídos del cielo. Nosotros estábamos esperando la construcción de esta capilla durante años: luchando, haciendo rifas, beneficios… hasta que aparecieron ellos”.
Trabajos en pandemia
Los jóvenes mantuvieron el entusiasmo y las ganas de salir a misionar y encontrarse con el prójimo, pese a la pandemia. De hecho, estuvieron trabajando durante meses para concretar estos días de misión. Además de los materiales y la preparación, se les entregó a los voluntarios un protocolo sanitario para cuidarse y cuidar a las comunidades visitadas. No obstante, al estar la mayor parte de la población vacunada, en esta oportunidad se lograron generar mayores facilidades en las zonas para poder recibir a los voluntarios.
Lo anterior permitió que un mayor número de estudiantes pudiera participar de estos proyectos. “Ver esta cantidad de voluntarios es una señal muy potente de esperanza en los tiempos que estamos viviendo; es un signo de una Iglesia que está muy activa, una Iglesia joven, una Iglesia alegre, que va a entregar el mensaje de esperanza a tantas comunidades que hoy nos esperan”, expresó Benjamín Cruz, director de la Pastoral UC.
“Después de dos años de pandemia, no habíamos tenido algo así de masivo y creo que la cantidad de voluntarios que participaron este invierno, casi 1.500, fue una señal de esperanza muy profunda para la sociedad chilena y la Iglesia Católica; de mostrar esta Iglesia joven, alegre, en salida”, Benjamín Cruz.
Una oportunidad de encuentro
52 son las zonas que los voluntarios de los proyectos de la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la Pontificia Universidad Católica de Chile visitaron durante estos diez días de misión, donde además de la evangelización y la construcción, se dio el espacio para que los jóvenes y las comunidades pudieran crear vínculos.
Hace seis años, tras un incendio, la capilla de La Vilana, en Lampa, se quemó por completo. Desde entonces no había un lugar para celebrar la Misa y los sacramentos, así como las catequesis y momentos de encuentro con los vecinos del sector.
Antonia Gatica, vecina de La Vilana, dijo que “tener a los jóvenes de Trabajo País durante estos días ha sido fantástico; ellos llegaron caídos del cielo. Nosotros estábamos esperando la construcción de esta capilla durante años: luchando, haciendo rifas, beneficios… hasta que aparecieron ellos”.
Respecto a la relación con los voluntarios, Gatica comenta que ha sido muy buena porque se han formado vínculos. “Yo les cocino, oncecita, su merienda, para que le pongamos power y veamos la capilla arriba. Ellos son especiales y terminan siendo como un hijo más de uno, parte de nuestras familias. No esperábamos que llegaran, pero lo hicieron en el momento preciso”.
Así lo reafirma Álex León, presidente de la junta de vecinos de la localidad, quien calificó la ayuda de los jóvenes como “un regalo de Dios”. “La presencia de los voluntarios ha sido maravillosa, ha impactado a los vecinos y la comunidad, dando una sensación de felicidad, ellos han traído felicidad, buena onda, optimismo, ganas, fuerza… ellos son maravillosos y nosotros estamos felices”.
Para el director de la Pastoral UC, Benjamín Cruz, esta versión de misiones y trabajos fue única:
Después de dos años de pandemia, no habíamos tenido algo así de masivo y creo que la cantidad de voluntarios que participaron este invierno, casi 1.500, fue una señal de esperanza muy profunda para la sociedad chilena y la Iglesia Católica; de mostrar esta Iglesia joven, alegre, en salida, donde para muchos de los voluntarios era su primera vez en las misiones y trabajos; generaciones que no habían tenido su vida universitaria, generaciones que no sabían, en parte, lo que era salir a misionar y que venían con más ganas que nunca.
“Desde el lado de las comunidades, cuando uno recorría cada una de ellas, se daba cuenta de cómo las personas llevaban meses y años esperando esta semana, estos diez días con los voluntarios, las actividades que tenían, los niños… y era también una forma de devolverles la esperanza a ellos, en tiempos donde habían estado más solos, menos acompañados…”, agregó Cruz.
Lorena Vallejos, secretaria de la Pastoral UC en San Joaquín, participó en estos trabajos y misiones, en las zonas de Reñaca Alto con Misión de Vida y de Valparaíso con Capilla País. “El ir a las zonas y ver todo el trabajo que se hace en terreno es muy gratificante; siento que le da más sentido a mi trabajo. Además, ver a tantos jóvenes comprometidos con la misión, entregando días de vacaciones a personas que no conocen… es tan bonito, me llenó el alma. (...) Por otro lado, ver a la comunidad tan comprometida con los trabajos, encariñados con los voluntarios, es una sensación única e inexplicable, que a mí en lo personal me motiva a seguir trabajando para que estas misiones y trabajos sigan creciendo y logremos llegar a todos los rincones de Chile”.
Los proyectos y su espíritu
“Este año queremos reactivar la juventud, venimos de dos años de pandemia en donde la presencialidad fue casi nula, estando muy cómodos en las casas o en el Zoom. Creemos que tenemos el deber como juventud de salir al encuentro de Chile y de quienes más lo necesitan. Queremos demostrar que la juventud existe en el país y está dispuesta a servir al otro”, expresó Hernán Holch, coordinador general de Trabajo País 2022, quien junto a Inés Ariztía han liderado el trabajo de este proyecto.
Bajo el lema “¡Joven despierta! Hoy Cristo te quiere vivo”, los voluntarios fueron a construir espacios de diálogo y encuentro, poniendo a Cristo en el centro. Y es que Trabajo País busca transmitir un mensaje de esperanza, fundado en el encuentro con Cristo, entregando las habilidades de cada uno al servicio de los demás, de Chile y de la Iglesia. Este invierno, los universitarios estuvieron en 23 localidades desde la región de Arica a la del Bío Bío, donde construyeron capillas, grutas y salones parroquiales, entre otros.
Siembra UC es un proyecto misionero que nació el 2003 con la intención de unir a escolares de III° y IV° medio y universitarios que buscan trabajar juntos por Chile y la Iglesia. El lema de este año fue “¡Joven con Cristo, sal y siembra su amor!”. Para lograrlo, cerca de 450 misioneros recorrieron distintas regiones del país, llevando un mensaje de esperanza y alegría a las comunidades. “Estamos muy emocionados de que este mensaje haya llegado a tantas personas. San Alberto Hurtado dijo que un católico es una persona a quien Dios le encargó el mundo. Por eso hoy les decimos: encárguense del mundo. El Papa Francisco nos dice a los jóvenes: ‘ustedes son el ahora de Dios, por eso vayan y encárguense hoy’”, expresaron Amanda Tolosa y Samuel Barros, coordinadores generales de Siembra.
En tanto, Misión de Vida es una invitación a vivir una experiencia personal y comunitaria de encuentro con Cristo, siendo sus discípulos. Este año, visitaron campamentos y los voluntarios se unieron según sus carreras, para que así, a través de sus conocimientos, pudieran entregar aportes concretos a sus comunidades.
María Paz Alessandri y Juan Pablo Sáez, coordinadores generales de Misión de Vida, dijeron a los voluntarios:
desde que partimos este sueño, que veíamos muy lejano este día. No imaginábamos que serían 1.500 jóvenes valientes que iban a salir al encuentro con Cristo, respondiendo a un Chile actual que hoy tiene mucha incertidumbre. Es muy importante la presencia de cada uno de ustedes, que tiene algo que entregar desde lo propio. Somos jóvenes valientes dedicados al único encuentro verdadero que puede cambiar vidas. Jóvenes que pueden responder y generar un encuentro con Cristo. Respondamos con valentía al Cristo de la vida.
Coro Misión País busca ser un instrumento para que Cristo llegue a los corazones de todas las personas, a través de la música y el canto. Ellos recorrieron las distintas comunidades facilitando el encuentro con Dios a través de sus canciones. “Sabemos que a través de la música las instancias de oración se pueden vivir más profundamente y esa es la huella que queremos dejar en estas misiones y trabajos. Lograr que cada persona tenga una conexión real con Cristo en su oración”, señalaron Manuel Jouanne y María José Chadwick, coordinadores generales del proyecto.