Editores: Sofía Brahm, María de los Ángeles Errázuriz y Nicolás García.
Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago, 2021


El pasado 18 de marzo se efectuó el lanzamiento de la obra Diálogos por Chile: 60 desafíos para una renovada convivencia nacional, disponible en el link: www.nuestramesachile.cl. Se trata de una iniciativa impulsada por la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana de la Pontificia Universidad Católica de Chile junto a la Fundación Voces Católicas con posterioridad al estallido social del 18 de octubre de 2019, pero llevada a cabo en plena pandemia. 

Sesenta personas pertenecientes a distintos sectores y actividades de nuestra sociedad aceptaron la invitación a dialogar en torno a nueve Mesas de Trabajo con el objeto de reflexionar sobre los grandes temas que puso de manifiesto la crisis política y social de octubre de 2019 revelando importantes fracturas en la convivencia nacional. El marco de dicho diálogo fue la Doctrina Social de la Iglesia Católica y, especialmente, la reciente reflexión de SS. el Papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti, donde el cultivo de la fraternidad y de la amistad social se presentan como las bases indispensables para una convivencia que respete la dignidad de cada persona promoviendo, a la vez, la paz y la justicia social. 

Como se señala en la Presentación de esta obra, el llamado formulado por S.S. el Papa Francisco a las universidades durante su último viaje a Chile, a iluminar la cultura actual en base a un renovado humanismo, cobra hoy más vigencia que nunca. Consecuente con ello, este aporte reflexivo que hoy entrega nuestra Universidad pretende orientar los debates de quienes, en un corto plazo, y bajo una “cultura del encuentro”, se hallen reunidos en la Convención Constitucional para definir las bases de nuestra convivencia colectiva expresadas en la propuesta de una nueva Carta Fundamental. 

La obra se inicia con una Presentación (p. 4), seguida de un capítulo denominado “Hacia una cultura del Encuentro. Las enseñanzas sociales de nuestra Iglesia”, en el que se sintetizan los ejes fundamentales por los que discurren las 60 propuestas incluidas en el capítulo siguiente y que tienen como base las Cartas Apostólicas y Encíclicas que iluminan los signos de los tiempos como Centesimus annus, Pacem in terris, Populorum progressio, Caritas in veritate, Laudato si’ y, recientemente, Fratelli tutti. 

Es así como la dignidad humana aparece como el valor que, de la mano de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, debe estar en “el centro del diálogo cultural, político e institucional” (p. 31). De allí se deriva que la búsqueda del bien común no solo compromete al Estado (p. 33), sino que a cada persona que se debe no solo a sí misma, sino que también a su prójimo y que debe actuar orientada por la necesaria solidaridad que supone la pertenencia a una comunidad (p. 26), lo que adquiere particular relevancia en temas como educación y salud. 

Pero la verdadera pedagogía que supone la mirada permanente hacia la Doctrina Social de la Iglesia refuerza también la idea de la sociabilidad humana que encuentra en la familia el núcleo fundamental de toda sociedad, lo que hace necesario rescatar el valor de la familia extensa a nivel de las políticas públicas y de la cultura (p. 63). Y ello, naturalmente, sin olvidar la importancia de valorar aquellas expresiones de la sociabilidad que llevan a las personas a constituir diversos grupos intermedios para contribuir a la consecución de los objetivos propios del bien común, como es el crecimiento económico debidamente acompañado del progreso social. 

El capítulo siguiente de la obra que reseñamos es el que condensa los “Desafíos para la sociedad chilena a la luz de las enseñanzas sociales de nuestra Iglesia” recogiendo el fruto de las reflexiones de las nueve Mesas de Trabajo en las áreas de Política, Economía, Familia, Ciudad, Medio ambiente, Salud, Educación, Comunicaciones y Paz Social (pp. 35 y ss.). Cada propuesta va enmarcada por los lineamientos centrales que cada Mesa ha querido destacar en la necesidad de lograr una mejor convivencia nacional en paz, justicia y solidaridad. El lector encontrará en el apartado correspondiente a cada Mesa las propuestas concretas que surgieron del diálogo entre sus miembros donde se relevan aspectos como el refuerzo de la participación ciudadana en los asuntos públicos en un marco de debida transparencia, así como la ética que debe cruzar transversalmente las relaciones comerciales y la vida al interior de las empresas de modo de fomentar una auténtica responsabilidad social. El rol de la mujer en nuestra sociedad y en la Iglesia es objeto de especial atención abogando por su mayor reconocimiento y participación. Asimismo, la necesidad de combatir la segregación a través de políticas integrales de vivienda, transporte, laboral y educacional se muestra como un imperativo de una mayor calidad de vida en nuestras ciudades, de la misma forma que promover el cambio cultural que favorezca un desarrollo sostenible cuidando, entre todos, de la “casa común”. Particular mención habría que hacer, en estos tiempos de pandemia, a “pensar el sistema de salud desde la misericordia” (p. 104). 

Finaliza este texto con las reflexiones personales de algunos integrantes de las Mesas de Trabajo, quienes aportan importantes énfasis a ser considerados en el gran desafío que enfrenta la Convención Constitucional. 

En suma, una obra necesaria y actual para el Chile de hoy.

 

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