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- Sandro Gindro
La experiencia clínica le ha permitido al autor descubrir rastros de un peculiar trauma en sus pacientes que han abortado. Es el síndrome del verdugo, es decir, aquel mecanismo de defensa que induce a cuantos infligen la muerte a justificar su propia acción homicida con “razones” idealistas o de justicia. Las conclusiones son inquietantes: el régimen jurídico del aborto hace a la mujer destructiva consigo misma y con los demás, incidiendo en todo el espectro social con el aumento de su agresividad.