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- Michel Schooyans
La Iglesia suscribe fundamentalmente esta repulsión que la eutanasia inspira naturalmente a toda sociedad civilizada. Pero añade, con el conjunto de la tradición judeo-cristiana, que la vida debe ser acogida como un don. La recibimos de nuestros padres y, más allá de nuestros padres, la recibimos de Dios mismo.