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- Raúl Hasbún
La Iglesia no perdona por su propio poder, sino por el poder del Espíritu Santo. Es su dote nupcial. La Iglesia-Esposa perdona porque Cristo, su Esposo, la ha escogido como sacramento de salvación y dispensadora de la gracia del perdón. Actuando como Ministra de la Reconciliación, la Iglesia da prueba de humilde fidelidad a su Maestro y Señor.