Quinto capítulo del libro “Fe y futuro” (1970) de Joseph Ratzinger

La insistencia en la unidad de la santidad renovó en parte el rostro de nuestra Iglesia: jamás, durante su larga historia de dos milenios, el laicado se había valorizado en esa medida. El Vaticano II ya les había recordado sus responsabilidades en la construcción de la Ciudad; a partir de ese momento, la Iglesia abogó incansablemente por que los cristianos se comprometieran en las grandes causas y en los debates decisivos de nuestra época.

“¡Un sacerdote que no esté enamorado de la Iglesia no debe pertenecerle! Un sacerdote que posponga los santos intereses de la Iglesia amada por los del mundo no ha comprendido su vocación!”

Últimas Publicaciones

Nadie imaginó ese 24 de febrero de 2022 que tres años después la guerra seguiría y la crisis se extendería por tanto tiempo. Han sido 1.095 días de incertidumbre y 1.095 noches de terror en que no se sabe si amanecerás vivo o algún familiar te llamará para darte una mala noticia. Aun así, el país sigue en pie y todos trabajan para tratar de sacar sus vidas adelante.
Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2025.
Revistas
Cuadernos
Reseñas
Suscripción
Palabra del Papa
Diario Financiero