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- Fernando Orrego Vicuña
En el pensamiento de Juan Pablo II, la valoración de la ciencia, a la que llama «un bien digno de gran estima, pues es conocimiento y, por tanto, perfección del hombre en su inteligencia» y, más aún, este conocimiento «es un modo de participar en la ciencia de creador», se enraíza en una concepción de la realidad según la cual «el universo tiene una explicación» y que «constituye... un orden complejo en el que los diferentes elementos están armoniosamente relacionados entre sí», es decir, la ciencia se encuentra frente a un cosmos, a un universo ordenado racionalmente.