El año 2022 comenzó con nuevos desafíos para el mundo entero, mientras los dos años de confinamiento por la pandemia de Covid-19 poco a poco iban quedando atrás, una pandemia más peligrosa y brutal ha golpeado al mundo: la guerra. Por ello, para el Papa Francisco este fue un año de proclamar incansablemente la paz, acompañado de otros focos pastorales como ha sido, de manera especial, la sinodalidad. A continuación, repasaremos los hitos más importantes de este 2022.
El grito por la paz
Largos años de conflicto desembocaron el 24 de febrero del 2022 en la temida invasión de Rusia a Ucrania, guerra que ha costado la vida de miles de personas y ha generado olas de desplazamientos. Frente a esta dramática realidad, el Papa ha aprovechado cada oportunidad para proclamar la paz, buscar ser puente de diálogo, apelar a la generosidad y hacer llamados para el fin del conflicto. Destaca en este ámbito la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María en el marco de la Celebración de la Penitencia el 25 de marzo.
Otros conflictos también se han prolongado por demasiado tiempo y les han costado la vida y la paz a miles de familias. Siria, Etiopía, el Líbano, Yemen, Senegal, son algunos de ellos y el Papa no los ha olvidado. En junio el Papa Francisco recibió a los obispos que forman el Sínodo de la Iglesia greco-melquita, y les pidió que la guerra en Ucrania no haga que la comunidad internacional olvide el conflicto que se vive en Siria desde hace doce años. En su primer año de Pontificado Francisco realizó una vigilia de oración por la paz en Siria y ahí se refirió a su “amada y martirizada Siria”; desde entonces no ha dejado de recordarla e invitar a rezar por la paz en aquella nación. En Etiopía, tras dos años de conflicto se llegó a un acuerdo de fin de las hostilidades en noviembre, el que el Papa ha celebrado esperando que este anime a conseguir una paz duradera. Por su parte, el Papa iba a viajar al Líbano durante este año, viaje que debió posponer por motivos de salud, no obstante, ha expresado su intención de visitar el país “tanto pronto como se den las condiciones”, y ha reiterado su cercanía con el pueblo libanés.
Destaca en este ámbito el encuentro “El grito de la paz”, organizado por la Comunidad de Sant' Egidio y que convocó a representantes de las grandes religiones del mundo entre los días 23 y 25 de octubre. El Papa Francisco intervino en la clausura del Encuentro y afirmó que “Las religiones no pueden ser utilizadas para la guerra (...) nadie utilice el nombre de Dios para bendecir el terror y la violencia”. Horas antes participó en un momento de oración en el interior del Coliseo en presencia de representantes de las Iglesias y Comunidades Cristianas, mientras que los líderes de otras religiones se reunieron en oración en varios lugares de la ciudad. El 4 de noviembre se llevó a cabo un encuentro ecuménico y oración por la paz en Baréin, donde el Papa también se reunió con miembros del consejo musulmán de ancianos. Unos días después, el 22 de noviembre, intervino en el Congreso judío internacional.
Distintas iglesias han realizado actos similares a los del Papa Francisco. En Kazajistán, por ejemplo, líderes religiosos (entre ellos el metropolitano ortodoxo, la Conferencia Episcopal y el muftí supremo Nauryzbai Kazhu) han hecho llamamientos por la paz y la unidad nacional, luego de las olas de protestas fuertemente reprimidas que estallaron el 2 de enero. La Pontificia Universidad Gregoriana acogió la Cumbre de la Libertad Religiosa, entre el 19 y 22 de julio, promovida anualmente por la Universidad Americana de Notre Dame sobre el tema del futuro de la libertad religiosa en el mundo. Un par de semanas antes, durante los días 5 y 6, el gobierno del Reino Unido organizó en el centro de Londres una Conferencia Ministerial Internacional para fortalecer los esfuerzos que puedan garantizar la libertad de religión o creencias.
En Nicaragua, en menos de cuatro años, la Iglesia Católica ha sufrido más de 190 ataques y profanaciones, incluido un incendio en la Catedral de Managua, así como persecución del clero bajo el régimen de Daniel Ortega, qué llevó este año a la expulsión de la Misioneras de la Caridad. A esta situación también ha hecho referencia el Papa Francisco, expresando su dolor y preocupación y admitiendo que “existe diálogo” con el gobierno.
En este mismo marco, China y el Vaticano prorrogaron por segunda vez el Acuerdo Provisorio que firmaron en 2018 para el nombramiento de obispos. Un pacto histórico para encauzar los lazos entre ambos estados. La prórroga se hace, “con la esperanza concreta de poder garantizar que las comunidades católicas chinas, incluso en un contexto tan complejo, sean guiadas por pastores dignos e idóneos para la tarea que se les encomienda”. A pesar del Acuerdo los católicos chinos siguen sin tener libertad religiosa plena, especialmente en un momento en que se está endureciendo el control sobre las prácticas religiosas en el país.
A los esfuerzos de diálogo interreligioso en pos de la paz, se suman aquellos dirigidos a la unidad de los cristianos. Con el tema “Vimos una estrella en el Oriente y vinimos a adorarle” se celebró entre el 18 y 25 de enero la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. El viernes 21 de enero el Papa Francisco declaró oficialmente a San Ireneo de Lyon como el 37° Doctor de la Iglesia, con el título de “Doctor Unitatis” –”Doctor de la Unidad” –, y el martes 25 de enero el Santo Padre presidió las Vísperas Solemnes en la Basílica de San Pablo Extramuros para cerrar la Semana de Oración y, tomando la imagen de los reyes magos, reflexionó en las etapas para la unidad: “comienza en oriente, pasa por Jerusalén y por último llega a Belén”.
Viajes apostólicos
El Papa realizó tres viajes al extranjero y diversas visitas apostólicas, a pesar de su delicada salud. Entre el 2 y 3 de abril Francisco visitó Malta, con el objetivo de alentar y reavivar aquella hospitalidad bíblica que hoy debe vivirse día a día con los miles de migrantes y refugiados que llegan a las mismas costas que una vez pisó el apóstol san Pablo. Para la primera semana de julio estaba programada la Visita Apostólica de Francisco a África, la que se vio obligado a aplazar por petición de los médicos. No obstante, el Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, visitó Kinshasa y Juba como muestra de la solidaridad del Pontífice con las queridas poblaciones africanas a las que no pudo visitar en persona. El viaje del Cardenal Parolin tuvo lugar entre el 1 y el 8 de julio. Entre los días 24 y 30 de julio se llevó a cabo el Viaje Apostólico de Francisco a Canadá, en el cual pudo visitar cuatro ciudades: Edmonton, Maskwacis, Quebec e Iqaluit. En el viaje pudo reunirse con las comunidades indígenas como parte de un camino de sanación emprendido. En abril el Santo Padre ya se había reunido con delegaciones de pueblos indígenas canadienses, a quiénes les expresó su indignación y vergüenza por los actos cometidos en nombre de la Iglesia en su contra. Finalmente, el Papa realizó una visita de cuatro días a Baréin, el país más pequeño de Oriente Medio, entre el 3 y 6 de noviembre, y tuvo dos objetivos principales: realizar una intervención en el “Foro de Baréin para el Diálogo: Oriente y Occidente para la Convivencia Humana”, y alentar a las comunidades católicas y cristianas que viven y trabajan en la región.
Destacan también dos visitas pastorales llevadas a cabo en septiembre, el 24 de septiembre a Asís, para el evento “Economía de Francisco”, y al día siguiente a la ciudad de Lucania para la clausura del Congreso Eucarístico Nacional. Respecto al primero, el Papa intervino en el día de cierre del evento y firmó un pacto conjunto con los jóvenes comprometiéndose por una economía con rostro más humano.
Para principios del año 2023 está programado un viaje a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur, una peregrinación ecuménica de paz. La extrema pobreza y la violencia armada son protagonistas de los sufrimientos que afligen a la población. “Todos reconciliados en Jesucristo” es el lema del viaje a la República Democrática del Congo y “Ruego que todos sean uno” (Jn 17) es el de Sudán del Sur.
Nombramientos y reformas
Las reformas más destacables que se han llevado a cabo este año son la promulgación de la nueva Constitución Apostólica sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia y al mundo, Praedicate evangelium y la publicación de la Carta Apostólica Desiderio desideravi sobre la formación litúrgica del Pueblo de Dios. Praedicate evangelium fue promulgada el 20 de marzo y es el resultado de un largo trabajo colegial, que comenzó desde las reuniones del pre-cónclave de 2013 e implicó al Consejo de Cardenales con reuniones desde octubre de 2013 hasta el pasado mes de febrero, continuó bajo la dirección del Papa con diversas aportaciones de las Iglesias de todo el mundo. La nueva Constitución entró en vigor el 5 de junio, solemnidad de Pentecostés y sustituye la “Pastor bonus” de Juan Pablo II promulgada el 28 de junio de 1988 y vigente desde el 1 de marzo de 1989. Esta viene a confirmar un camino de reforma ya aplicado casi en su totalidad en los últimos nueve años, a través de las fusiones y ajustes que se han producido y que han dado lugar al nacimiento de nuevos Dicasterios.
Otros signos importantes han sido la institución del ministerio laical de lectorado y catequistas, el nombramiento de tres mujeres en el Dicasterio para los Obispos, la reforma al Opus Dei que ordena la transferencia de competencias para la Prelatura del antiguo Dicasterio para los Obispos al Dicasterio para el Clero, y establece que el Prelado ya no puede ser investido del orden episcopal, y la creación de 21 nuevos cardenales, entre ellos cuatro latinoamericanos.
Sinodalidad
Durante su pontificado, Francisco ha mencionado repetidamente que la sinodalidad es un camino principal en la vida de la Iglesia, un camino que acentúa la comunión del Pueblo de Dios y la presencia del Espíritu que actúa en cada miembro. Es por ello por lo que el Papa ha convocado a toda la Iglesia a vivir un camino sinodal, proceso de discusión y reflexión de tres años de preparación para la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se llevará a cabo en octubre 2023 y una segunda un año después. Este camino fue inaugurado el 10 de octubre de 2021 por el Santo Padre, iniciando así la Fase diocesana, la que concluyó en agosto de este año 2022.Posterior a la fase diocesana cada diócesis debería enviar sus contribuciones a la Conferencia Episcopal, para comenzar entonces un período en que las distintas conferencias episcopales y Sínodos de las iglesias orientales se reúnan en asamblea para discernir. En esta fase continental se debieran redactar las síntesis, las que se deben enviar a la Secretaría General del Sínodo. El 27 de octubre, se difundió el instrumento de trabajo para esta nueva etapa del camino sinodal que se extenderá hasta marzo de 2023.
Este proceso ha sido nutrido y complementado por diversos caminos eclesiales llevados a cabo en diferentes partes del mundo. En Latinoamérica, por ejemplo, en noviembre de 2021 se vivió la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, que concluyó con doce desafíos, y en noviembre de 2022 se publicó el documento con las reflexiones y propuestas pastorales que de ahí surgieron.
En Alemania, por su parte, se vive un camino sinodal que comenzó el año 2020 y cuyo trayecto culminará en marzo de 2023. Este proceso ha estado en los ojos de toda la Iglesia, no solo por haber adelantado el camino sinodal, sino por los pasos y discusiones que ahí se están dando. El Papa lo ha seguido de cerca: en junio de 2019 escribió una Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania donde hizo especial hincapié en la unidad de la Iglesia y la importancia del Sensus Ecclesiae y en julio de este año la Santa Sede manifestó sus preocupaciones en una declaración donde advierte que el proceso podría suponer “una amenaza para la unidad de la Iglesia” y expresa la necesidad de que “el Camino de las Iglesias particulares en Alemania se fundan en el camino sinodal que sigue la Iglesia universal, para un enriquecimiento mutuo y un testimonio de esa unidad con la que el cuerpo de la Iglesia manifiesta su fidelidad a Cristo Señor”.
Canonizaciones y beatificaciones
El 2022 también hubo canonizaciones importantes, destacamos dos especialmente relevantes para el Papa Francisco. En primer lugar, la de Charles de Foucauld, sacerdote francés y misionero en el desierto de Argelia. En diversas ocasiones el Papa ha mencionado su cercanía con la espiritualidad de este santo, por ejemplo, en el cierre de la encíclica Fratelli tutti donde menciona a algunos referentes que son una inspiración en su vivencia de la “fraternidad universal”, entre ellos menciona a “otra persona de profunda fe, quien, desde su intensa experiencia de Dios, hizo un camino de transformación hasta sentirse hermano de todos. Se trata del beato Carlos de Foucauld”, y hace una prolija descripción de su espiritualidad (nn. 286-287). Así mismo, en mayo de este 2022 en una audiencia especial con la Asociación Familia Espiritual Charles de Foucauld, señaló que el santo “me hizo mucho bien cuando estudiaba teología, una época de maduración y también de crisis. […] Me ayudó mucho a superar las crisis y a encontrar una forma de vida cristiana más sencilla, menos pelagiana, más cercana al Señor”. Otra canonización destacable ha sido la de Artémides Zatti santo ítalo-argentino, migrante, pariente de los pobres, salesiano coadjutor e intercesor por las vocaciones. Un conocimiento detallado y personal de su vida tiene el Papa Francisco quien, cuando era Superior provincial de los jesuitas de Argentina impulsó las novenas y oraciones por las nuevas vocaciones de los hermanos consagrados a través de Artémides Zatti, subrayando el papel de Zatti como intercesor.
Entre las beatificaciones de este 2022 es posible destacar la de Juan Pablo I, quien fue elegido Papa el 26 de agosto de 1978 y murió tras un brevísimo pontificado de solo 33 días. Dejó su huella en la mente de la gente por su sencillez y su gusto por los intercambios simples e informales. Se convirtió en el sexto Papa del siglo XX incluido en el libro de los beatos. Además podemos destacar las beatificaciones en Argentina de los sacerdotes Pedro Ortiz de Zárate y Juan Antonio Solinas, los llamados Mártires del Zenta que fueron asesinados en 1683 mientras realizaban su labor misionera entre los indígenas tobas, mocovíes y mataguayos; y de Rutilio Grande y otros tres siervos de Dios en El Salvador, puestos por el Papa Francisco como “ejemplo para la sinodalidad”, a quienes, afirma el Papa, ha seguido muy de cerca: “Es una devoción personal: a la entrada de mi estudio tengo un pequeño cuadrito con un pedazo del alba ensangrentada de san Óscar Romero y una catequesis chiquitita de Rutilio Grande, para acordarme de lo que hacer siempre que hay injusticias por las que hay que luchar”.
Año de la Familia Amoris laetitia
El 19 de marzo de 2021 la Iglesia celebró cinco años de la publicación de la exhortación apostólica Amoris laetitia sobre la belleza y la alegría del amor familiar. El mismo día, el Papa Francisco inauguró el Año “Familia Amoris laetitia”, que culminó el 26 de junio con ocasión del X Encuentro Mundial de las Familias en Roma. En el encuentro el Papa subrayó que las familias tienen una misión que cumplir en el mundo y les exhortó a caminar juntos: “juntos como esposos, junto a otras familias, junto a la Iglesia”. Durante este tiempo se realizaron diversas iniciativas para profundizar en la importancia de la familia y para darle un nuevo impulso a la pastoral familiar en las diócesis de todo el mundo.
Vocaciones
Entre el 17 y 19 de febrero tuvo lugar el simposio “por una teología fundamental del sacerdocio”, que buscó despertar el entusiasmo por la fe en el don de Dios e impulsar y promover las vocaciones en la Iglesia, apoyando la comunión entre el sacerdocio bautismal y el sacerdocio ministerial. El mensaje del Santo Padre, titulado “la fe y el sacerdocio hoy” se articuló en torno a cuatro pilares que dan solidez a la persona del sacerdote, las “cuatro columnas constitutivas de nuestra vida sacerdotal”, que él denominó “las cuatro cercanías”: cercanía con Dios, cercanía con el obispo, cercanía entre sacerdotes y cercanía con el pueblo. Luego, en mayo, se realizó la 59 Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Bajo el título “Llamados a construir la familia humana”, el Papa habló sobre la vocación aportando cinco llamados: a ser todos protagonistas de la misión, a ser custodios unos de otros y de la creación, a acoger la mirada de Dios, a responder a la mirada de Dios y a edificar un mundo fraterno.
Otros muchos han sido los temas abordados por el Papa este año, el valor de la vejez, el drama de los migrantes. El 2023 comienza con la Jornada Mundial de la Paz que se celebrará el 1 de enero. Para ella el Papa escribió un bello mensaje que nos invita a recomenzar desde el Covid-19 para trazar juntos caminos de paz: “Es una invitación a mantenerse alerta, a no encerrarnos en el miedo, el dolor o la resignación, a no ceder a la distracción, a no desanimarnos, sino a ser como centinelas capaces de velar y distinguir las primeras luces del alba, especialmente en las horas más oscuras”. Y al mismo tiempo llama a la responsabilidad y compasión a la hora de afrontar los retos de nuestro mundo.